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PANORAMA económico

El as exportador que Javier Milei tiene bajo la manga (de la mano de YPF)

Quiere mostrar que la planta de GNL de Río Negro es el logro de infraestructura más importante en marcha de su gestión.

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| Pablo Temes

Las exportaciones llegarían a los US$ 12 mil millones. Luego, desde 2026, el nivel iría en ascenso y llegaría a los US$ 30 mil millones en 2031. Luego, crecerían aún más. Esto es lo que aportaría el sector Oil & Gas este año en ventas al exterior, en lo que el sector considera el primer paso para transformar el panorama del comercio internacional argentino para los próximos años. Unos veinte años mínimo. Sin embargo, lo importante para la agenda de Javier Milei y su gobierno es que este año ya aportará la suficiente cantidad de divisas, como para ayudar seriamente a sostener su política cambiaria. Y que, hacia delante, el panorama será aún mejor. Si bien no habla directamente con los referentes del sector, el Presidente recibe la información de la evolución del sector, y festeja cada confirmación de tendencias que le llegaron a mediados del año pasado. Y que le aseguran que el país llegará este año a una afirmación: desde 2025, la Argentina no tendrá nunca más una balanza energética negativa. Al menos, por veinte años.

Se sabe que habló pocas veces de manera directa con Horacio Marín, presidente de YPF. Pero está más que conforme con su gestión. Y con los números que llegan desde la torre que César Pelli construyó en Puerto Madero en los años en que la petrolera estaba al mando de los españoles de Repsol; y que aún permanece compitiendo por el cetro del edificio con mejor vista de la ciudad. Y quizá, de América Latina. Desde allí surgen datos que hablan de un futuro prominente. Y entusiasta.

Para comenzar, la planta de GNL de Río Negro marcha a ritmo importante. Olvidada ya la fallida sociedad con los malayos de Petronas, hay un acuerdo en vías de concreción con la europea Shell. Con una novedad. Se evalúa en estos días si lo conveniente es levantar una instalación tradicional, o si lo mejor es replicar el proyecto iniciado por Pan American Energy (PAE) de los Bulgheroni en el Golfo San Matías en Río Negro en sociedad con la noruega Golar. Esa planta se basa en la llegada de un buque de licuefacción para poder exportar el combustible de Vaca Muerta. El buque, el Hilli Episeyo, opera hoy en las costas de Camerún, y vendrá al país en 2027. Para ese año todas las obras correspondientes deberán estar terminadas. El proyecto original de PAE había sido anunciado en septiembre del año pasado, únicamente con Golar como socio operativo. Sin embargo, para fines de enero los Bulgheroni ya habían encontrado socios en YPF (que quedó con el 15%), Harbour (15%) y Pampa Energía (20%). PAE permanece con el 40% y Golar con el 10%. Esta sociedad Southern Energy inspiró la creatividad de YPF para acelerar la sociedad con Shell de la planta de GNL ubicada en el puerto de aguas profundas de Punta Colorada, Río Negro, antiguamente utilizado hasta 1992 por la productora ferrominera Hierro Patagónico Sociedad Militar (Hipasam), empresa dependiente a Fabricaciones Militares y cerrada en 1993. El puerto hoy es una atracción turística, y la única idea que se debatió seriamente desde su cierre hasta la concreción de la planta de GNL fue transformarlo en una zona franca. El directorio eligió esta localidad en lugar de la ubicación original de Bahía Blanca, en un proyecto con Petronas como socio preferencia. Los malayos decidieron (aún no se sabe bien por qué) abandonar la idea, y el propio Marín se tomó el trabajo de ir a buscar el reemplazante. Logró el compromiso de Shell, con quien avanza la idea. La novedad de las últimas semanas es que podría mutar en un esquema similar al de PAE también en Río Negro. Esto es, instalaciones donde el trabajo de licuefacción lo hagan barcos en lugar de una planta tradicional. A diferencia de la planta de los Bulgheroni, donde llegará una embarcación de Golar ya operativa, los buques para el proyecto Punta Colorada Argentina GNL (así su nombre) serán construidos para la ocasión buques de lucuefacción, unidades que se ubican a menos de un kilómetro de la costa y que podrían resultar una alternativa más ejecutiva, rápida y barata que el levantamiento de una planta clásica de GNL. Estos buques se construirían en China o Corea y en un máximo de 36 meses ya estarían operativos en las costas patagónicas. Así como en el proyecto de PAE se sumaron YPF y Pampa; al Argentina GNL también podrían sumarse, además de Shell, la propia PAE, Pampa y quizá Pluspetrol. Esto, además de un acompañante de peso mundial que acompañe a Shell como socio con chapa mundial. Este combo sería clave para lo más importante que necesita la idea: el financiamiento. Según el mercado, solo con el anuncio de la megasociedad, los dólares para llevarla a cabo llegarían solos. Marín ya hizo lo suyo. Logró en viajes personales, abrir los mercados de la India (fundamentalmente), además de Alemania, Turquía, Portugal, Italia y Hungría; además de Japón, Corea y China. Todos a puntos de firmar precontratos de compra del GNL producido por el proyecto Argentina GNL, con gas proveniente de Vaca Muerta. Habrá que agregar una obra pública clave para que el proyecto de la planta se haga realidad: un nuevo gasoducto que una Vaca Muerta con Punta Colorada, que debería estar operativo para abril de 2027. Se habla incluso de que tendrá un costo menor al GNK inaugurado en 2023. Se verá.

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Lo cierto que para el 20 de abril de este año, la leyenda de la planta de licuefacción de Río Negro debería ser una realidad. Y que para junio las obras de licitación ya estén en marcha.

Para Milei no es un dato menor. La situación de YPF y la posibilidad de mostrar que la planta de Río Negro es una realidad concreta (aunque sea a través de buques construidos para la operación) es considerado como el logro de infraestructura más importante en marcha de su gobierno. La idea combina todo lo que para el libertario se necesita: exportaciones, divisas, sector industrial expansivo, multinacionales de primer nivel internacional y, por qué no, el dato político de haber mudado el proyecto de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, a la más friendly Río Negro de Alberto Weretilneck; quien tiene una cucarda muy especial a los ojos de Milei: fue el primero que aprobó en su territorio el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Obviamente en detrimento de Axel Kicillof.

Se sabe que la planta, para el kirchnerismo tiene una impronta especial. Fue presentada por la conducción de YPF y los malayos de Petronas el primero de septiembre de 2022 en el despacho que Cristina Fernández de Kirchner tenía en el Senado en aquellos años. Se lo anunció como “el proyecto de infraestructura más importante de las últimas décadas”, según la reflexión vía la red X la presidenta de la Cámara alta, mientras aseguraba que “se modificará la matriz energética de nuestro país y tendrá un impacto directo en la economía nacional, aumentando las exportaciones, generando divisas, puestos de trabajo y el desarrollo de nuevas industrias”. Decía, además: “Acabo de reunirme con directivos de YPF y Petronas, la empresa petrolera estatal de Malasia, que hoy anunciaron una alianza para construir una planta de GNL en Argentina. Trabajan en conjunto desde 2014 en el desarrollo de Vaca Muerta. Sí, el yacimiento que recuperamos en el 2012”. El monto de la inversión anunciada era impactante: unos US$ 40 mil millones de dólares; distribuidos en unos 10 mil millones en una primera etapa; para luego ir en un in crescendo hasta llegar a esa cifra en menos de cinco años. “Una gran noticia para el futuro de la Argentina. Les agradezco a los directivos de Petronas y al embajador de Malasia la visita de hoy y, por sobre todas las cosas, la confianza en nuestro país”, cerraba Cristina.

Unas horas después, la entonces vicepresidenta sufría un intento de magnicidio en la puerta de su domicilio de la Capital Federal.