En esta columna, me voy a referir a la Defensa de Género y su prioridad, algo propio de mi función. La decisión de PERFIL de tener una Defensora de Género es muy positiva, creo que se debe acompañar con una actitud similar en todos los aspectos de la empresa y sus publicaciones. La responsabilidad de la Defensora de Género se limita al Diario que se publica en papel el sábado y domingo: no al resto de las publicaciones, ni a la versión digital de Perfil.com. La nota de Fontevecchia el sábado, en la que informa sobre la reunión del comité asesor, creado recientemente, con directivos y responsables de distintas secciones y publicaciones, me vuelve a plantear lo que comenté cuando se anunció respecto a la falta de balance de género, hay solo una mujer: Susana Malcorra. En la nota del sábado se anuncia la creación de la Asamblea del Futuro, algo muy promisorio, esperemos tenga balance de género y su articulación con otras áreas como el equipo del noticiero en NET: RePerfilAr que se integró en forma paritaria entre hombres/mujeres. Esperamos permita fortalecer el enfoque de género, para que esté más presente en todas las actividades de Perfil.
En ese sentido agradezco a Petrarca, el Defensor del Lector, su columna del domingo en la que se refiere a la entrevista el domingo 17 de mayo a Strauss-Kahn, ex Director del FMI, con motivo de la carta del lector Wolf. Como señala Petrarca, si bien la entrevista era para consultarlo sobre la opinión sobre el enfoque de Argentina en la negociación de la deuda y se acordó no incluir preguntas sobre el pasado, se pudo haber planteado aparte en alguna nota un recordatorio de sus antecedentes en la causa por intento de violación a una mucama en un hotel. Esto lo llevó al muy comentado juicio y fue condenado a prisión, si bien luego consiguió ser liberado. Por tanto, sin poner en duda la importancia de sus comentarios sobre la negociación de la deuda, no mencionar esa referencia fue una omisión que yo percibí, pero no comenté. Pido disculpas por no haber hecho mención a eso en mi columna.
No puedo dejar de comentar la nota de opinión de Nancy Giampaolo el sábado “El feminismo domado” donde la autora cuestiona y reabre una antigua controversia respecto a si la desigualdad económica es más profunda e importante que la desigualdad de género. Se basa en cómo el Covid-19 desnudó las desigualdades y ahora la económica desplaza a la de género. Y recrimina el silencio de las feministas ante la situación actual nacional y también mundial. En ese sentido creo que la misma autora, que reconoce la diversidad de feminismos que existen, cae en el error de englobar a todos los feminismos en una sola concepción. Por un lado aclaremos que la desigualdad económica no es igual en mujeres y hombres y esto hace que no podemos decir que es una u otra, son ambas y por eso todas o la mayor parte de las vertientes del feminismo se enrolan en promover políticas de cambio distributivo de la riqueza, entendido en términos económicos, pero también socioculturales. Además, las diferencias de género afectan a las mujeres de todos los estratos económicos, pero en forma diferente, aunque los más graves impactos negativos los padecen las más pobres. La riqueza del movimiento feminista en los últimos años es la inclusión de mujeres de sectores no intelectualizados, sino de mujeres que no son intelectuales ni profesionales, que reconocen y expresan el feminismo en su cotidianeidad. Ellas junto a las y los adolescentes y jóvenes, son quienes movieron conceptos de muchos grupos feministas y llevó a hacer un esfuerzo para entender y abarcar la defensa de las percepciones y necesidades de todas en una forma mas vivencial que racional. Las desigualdades que desnudó el Covid son consecuencia, en parte de un capitalismo desmedido y desenfrenado que causó crisis, como la del 2008, pero no registró cambios sino una profundización del modelo. De ahí a generalizar que las feministas somos verdes porque no nos revelamos ante el avance de ese capitalismo voraz, como lo señala el sábado 16 de mayo Pola Oloixarac en su nota El virus verde, parece que es una visión extremista y parcial. Celebramos la publicación de estos artículos que plantean miradas diversas y nos permiten y estimulan discusiones que nutren la diversidad. Esa es una de las buenas cosas del diario PERFIL que agradecemos.