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Desbordes conventilleros

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A fondo. Lilia Lemoine y Marcela Pagano no se guardaron nada en su cruce. | cedoc

Ejecutivos part time: Macri le reprocha a Milei que solo se consagra a la economía y que, en cambio, debe dedicarse a otros apremios del Gobierno (tarea que, al parecer, no es del  agrado presidencial y se la traslada a un mínimo entorno). Milei, a su vez, le imputa al ingeniero una habitual deserción física de la Argentina y, mientras permanece en el país, se dedica a hobbies diversos, del bridge a los negocios. Ninguno a tiempo completo. Ambos deben pensar que juntos son dinamita si no tuvieran esas debilidades. Se quejan de lo mismo y de cierta ausencia en responsabilidades del Estado: quizás la razón por la cual al Gobierno le entró agua en techo y paredes del Congreso, se multiplican los desbordes conventilleros en su propia agrupación y a pesar de que el mandatario se ha convencido de que en los próximos meses no solo mantendrá sitiada la inflación, doblegará aún más el déficit y podrá reactivar la actividad (aportará datos mañana en una reunión con la plañidera Unión Industrial Argentina). Sobre todo, es su misión vengativa, habrá de derrumbar las predicciones de una vasta mayoría de economistas profesionales que auguraban un vencimiento lamentable a la crisis. Guarda en su memoria cada nombre y apellido. Para Milei esa es una lucha personal y la exhibe a caballo de quienes vaticinaban un final anticipado de su mandato constitucional, fecha que se aplaza con menos expectativa. Justo cuando parece arder la casa por motivos de poca monta, el barrio está más protegido de incendios y los inversores estiman un boom inmobiliario gracias al blanqueo en marcha. Rara la Argentina: una letanía, jornada tras jornada, mientras en su alcancía las acciones y los títulos recogen ahorros de todos los mercados del mundo, como si los poderosos que creen superan a los que carecen de fe. Y dinero.

Más sobre la visita de Macri a Olivos, una cena sin velas ni música romántica. Se acabaron los cuatro años locos para divertirse. Abandonó luego la residencia, antes hubo áspero y frontal diálogo, con escasa convicción del ingeniero sobre el éxito de su propuesta: un joint venture entre el universo oficialista y la imprecisa contribución política del PRO. Se fue al África 48 horas después con más entusiasmo: se disculparon con él por culpa de un abogado teledirigido que pretendió indagar la situación de sus causas en tribunales (al que luego despidieron de la SIDE). También se convocó a un núcleo de legisladores a conocer a Milei en la Rosada ya que el mandatario no quiere sorpresas para el tratamiento del Presupuesto, como ocurrió con la impericia de hacer públicos los gastos reservados y la entrega de la jefatura de la Comisión de Inteligencia a quien desprecia, Martín Lousteau (una comisión en la que siempre están los mismos sabiamente endulzados que nunca se amargaron con los procedimientos de ningún gobierno, sea los Kirchner o Macri. Igual es notable la importancia que se le concede a la SIDE en relación con el Consejo Federal de Inversiones, un organismo para las provincias que recluta fondos extraordinarios con una capacidad semejante de falta de explicaciones. Y todo por ley. De ahí ahora el secreto por controlarlo, una batalla de Sergio Massa contra la viuda de Kirchner vía su mandadero Wado De Pedro.

No alcanza con morder milanesas: Macri se fue de Olivos sin conseguir lo que quería de Milei

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Antes de viajar, inclusive, le notificaron fecha para que su pupilo Guillermo Dietrich supere desavenencias con Santiago Caputo y se entrevisten en busca de una paz general, colocar personal y, quizás, la conveniencia de avanzar en ciertos intereses: Dietrich ya tiene estructura, Caputo Jr. tal vez invite como asistentes experimentados a su hermano Francisco y a los hermanos Neuss. Hablando de hermanos, Macri siempre ha sido cuidadoso en saltear cualquier referencia a Karina Milei, seguramente en su interior sabe lo mismo que otros informados: ella manda sobre todos, es la jefa. En el protocolar encuentro de los diputados con el Presidente, hubo una cabeza destacada : Cristian Ritondo, el hombre de Macri para eventuales diligencias que nunca rechazaría, desde la máxima responsabilidad en la Cámara de Diputados a la conducción del área de seguridad. Difícil emprendimiento llegar a esos cargos: Karina sostiene a Martín Menem y con Patricia Bullrich ocurre lo mismo, aunque a ella la nueva relación Milei-Macri le produce dolor de hígado y de cabeza, sin analgésicos que la calmen. Coincidencia: le reservan al Gobierno buscarle una salida al presupuesto de Jorge Macri en la Capital, ahora más cargado de obligaciones y con mínima vocación por desprenderse de mochilas, sea porque no adhiere a la austeridad libertaria o porque la familia gobernante requiere de un formato imprescindible para enfrentar las elecciones del año próximo. También es clave para Milei esos comicios porteños, ya que necesita el amor de gobernadores y estos reclaman que en sus provincias el boleto se paga el triple que en la Capital.

Dicen que Macri planteó una obsesión graciosa de los últimos mandatarios argentinos: la persecución judicial, law fare. La misma que trató de evitar Néstor Kirchner, la que se manifestó como operación en contra de Fernando de la Rúa, la que dice Cristina que le aplican con insistencia y la que denuncia actualmente Alberto Fernández por sus virtudes públicas y sus vicios privados. Milei, sin ese acoso por el momento, le recordó a Macri que esos problemas no provienen de su gobierno, está exento. Menos en un área que desconoce y en la que, éticamente, lo complicó el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti y su asesor preferido, Caputo Jr. Fueron ellos quienes inspiraron la estrategia en crisis y, oficialmente, empujaron la posible llegada de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla a ese instituto (hoy uno tiene 7 votos, requiere 9; el otro, 4 por ahora: las negociaciones siguen). Impropio de un mandatario haber cedido esa responsabilidad (ni siquiera le dio la mano a uno y tampoco conoce al otro, a pesar de que le atribuyen a un periodista junto a Lorenzetti un acercamiento reservado).

Harán falta más milanesas

Según el caso, cierto sector de la Iglesia podía estar de fiesta con una nominación, también la comunidad de Comodoro Py con la otra, luego que ambos candidatos pasaron estos días por la comisión del Senado: ninguno de los dos estuvo fuera de lugar, tal vez sí los interrogadores. Pero la conclusión indica que otros factores habrán de determinar si llegan a la Corte los dos candidatos. No solo políticos, también provincias y gobernadores, ya que al abrirse una negociación colectiva cada parte exhibe un interés propio: especialmente a la hora de elegir tribunales, jueces que analicen más tarde la gestión de los gobernadores. Les va la vida y la libertad, cuestión que Milei dice no importarle, con su característica apelación sexual de “me chupan la pija si me ponen preso”. Cuando ya se imaginaba resuelta una incorporación por el apoyo eventual de Cristina de Kirchner y su colectividad legislativa, la de Lijo, se empezó a enrarecer el clima. Tuvo que empezar a negociar el Caputo Jr. y lo mezclaron con De Pedro, quien por razones de salubridad dijo que él no tramitaba esos encuentros, ni negociaba con nadie del Gobierno. En broma, en el peronismo, la referencia al senador es la siguiente: “Miente más que Massa”. Milei ahora pone atención: es cierto que él no se fue del Gobierno como aseguraban algunos interesados y que, en alguna medida, está más firme. Desde que empezó el año. También desde esa fecha, Cristina no podía nombrar al portero en la Justicia y, ahora, negocia por ubicar treinta jueces y quizás la Procuración, sea el titular o parte de la burocracia instalada en el organismo.