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Con Trump en la Casa Blanca, llegan tiempos oscuros para el periodismo

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Yo acuso. El dedo admonitorio del nuevo presidente norteamericano tiene su extensión en las redes de Musk y Zuckerberg. | cedoc

Las redes sociales no reemplazan la función informativa de los medios periodísticos tradicionales, y mucho menos su función de acercar a las audiencias la verdad como misión central. Sin embargo, por su vigencia actual y su creciente influencia en las sociedades, pueden ser consideradas –guardando reservas– complementos importantes para poner freno a desviaciones tales como las noticias falsas, las afirmaciones engañosas, las miradas tendenciosas.

En tal sentido, durante un tiempo (desde su creación) Twitter fue un buen instrumento (no una fuente confiable al 100%). La red rebautizada X por su nuevo propietario, el megabillonario Elon Musk ya no es lo que era. Musk ordenó reemplazar sus sistema de verificación de datos por otra estructura: las “notas comunitarias” que no inciden sobre la veracidad de los datos, son comentaros de usuarios que pueden o no responder a los criterios de verdad que demandan las audiencias.

Es conveniente que los lectores de PERFIL acostumbrados a revisar los contenidos de X (digamos Twitter, para una mejor comprensión), sepan cómo funciona ahora esa red social, y ampliar su mirada sobre otras como Meta (Facebook incluida), propiedad del otro de los grandes potentados de la comunicación norteamericanos, Mark Zuckerberg, quien adoptó una decisión similar a la de su competidor Musk.

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Angie Holan, directora de la Red Internacional de Fact-Checking (IFCN, por sus siglas en inglés), aseguró en un comunicado en X que la decisión “perjudicará a los usuarios de redes sociales que buscan información precisa y confiable para tomar decisiones sobre su vida cotidiana y sus interacciones con amigos y familiares”. La cita fue publicada por chequeado.com el 9 de enero en un amplio informe firmado por Lucía Gardel y Florencia Ballarino. “‘Construimos sistemas complejos para moderar contenido. El problema con lo sistemas complejos es que cometen errores. Las recientes elecciones también parecen ser un punto de inflexión cultural hacia volver a priorizar la libertad de expresión’, sostuvo el CEO de Meta sobre la moderación de contenido”, reproduce la nota de Chequeado. Y agrega, volviendo sobre esos dichos: “Intentamos de buena fe abordar esas preocupaciones sin convertirnos en árbitros de la verdad. Pero los verificadores de datos han sido demasiado sesgados políticamente y han destruido más confianza de la que han generado, especialmente en los Estados Unidos”. Sin embargo, Zuckerberg no dio ejemplo de verificaciones de datos que consideró sesgados ni presentó evidencias sobre cómo cree que los verificadores de datos han destruido la confianza, agregan Ballarino y Gardel.

Volviendo a Holan, la experta puntualizó que “el periodismo de verificación de datos nunca ha censurado ni eliminado publicaciones; ha añadido información y contexto a afirmaciones controvertidas y ha desmentido contenido falso y teorías conspirativas. Los verificadores de datos que trabajaron con Meta siguen un código de principios que exige imparcialidad y transparencia”. Para Holan, agrega el informe de Chequeado, “es lamentable que esta decisión se produzca tras la fuerte presión política de una nueva administración y sus partidarios. Los verificadores de datos no han sido parciales en su trabajo; esa línea de ataque proviene de quienes sienten que deberían poder exagerar y mentir sin ser refutados ni contradichos”.

Como expresé en varias columnas anteriores, se vienen tiempos oscuros para la comunicación.