Presentamos las consecuencias socioeconómicas e impacto sobre la estructura social que trajo como consecuencia el último golpe militar del que transcurrieron 49 años.
Como señalara Eduardo Basualdo en marzo de 2006, en el Suplemento Cash de Página/12: “En Marzo de 1976, la dictadura militar modificó el régimen social interrumpiendo la industrialización basada en la sustitución de importaciones que en ese momento se encontraba en los albores de su consolidación. El nuevo régimen estuvo en consonancia con el orden neoliberal que acabó con la economía mundial surgida de la posguerra y se sustentó en la valorización financiera, cuyo predominio en el país se prolongó hasta el año 2001”.
Analizaremos específicamente las transformaciones acontecidas en la estructura social entre los años 1974 y 1980.
La estructura social configurada en el mes de octubre del año 1974 en las postrimerías del modelo industrial sustitutivo inaugurado en su segunda fase en la segunda mitad del siglo pasado, y según los datos de aquella Encuesta Permanente de Hogares, mostraba características de muy bajos niveles de pobreza e indigencia que apenas impactaban sobre el 4% y el 2% de la población respectivamente.
Se constituía un muy amplio sector de clase media plena y media alta equivalente en conjunto al 78% de la población metropolitana total y un 16% de segmentos medios bajos cuyos ingresos por hogar superaban la línea de pobreza, pero no lograba duplicarla.
La brecha de ingresos entre el 10% más pobre y más rico superaba apenas las 12 veces, el coeficiente GINI era muy bajo; 36,42, en tanto el desempleo abierto apenas alcanzaba al 2,8% y el trabajo informal al 17,2%.
Luego hubo una transformación impresa a la estructura social metropolitana ya en la madurez del proceso de cambio estructural impulsado por la dictadura, mediante la información de la Encuesta Permanente de Hogares de la región metropolitana realizada en octubre de 1980 por el Indec.
La desarticulación del régimen industrial sustitutivo y su reemplazo por el de valorización financiera por parte de la última dictadura militar supuso en sus orígenes quintuplicar y triplicar los niveles de pobreza e indigencia hasta alcanzar el 20% y el 4,3% respectivamente, al tiempo que desmoronó a los estratos medios altos y medios plenos que, si en el año 1974 representaban el 78% de la población, en el año 1980 apenas expresaban el 38% de los residentes en la región metropolitana.
En sentido contrario, la clase media baja, creció 130% en apenas un lustro, pasando de representar el 16% al 37% de la población metropolitana, mostrando el derrotero de empobrecimiento de las franjas medias plenas y medias altas durante la dictadura que en un 52% descendieron al estamento medio bajo.
El desmoronamiento de los sectores medios plenos y altos se patentiza en el enorme crecimiento del coeficiente GINI en dirección a mayor concentración del ingreso.
El GINI pasa de 0,3642 a 0,4134 en tan sólo cinco años, producto fundamental del nivel inflacionario superior al 87% anual promedio, sin mejoras salariales por clausura de toda actividad sindical como medida de disciplinamiento ampliada a todos los trabajadores que estaban mayoritariamente formales y sindicalizados.
El mecanismo de deterioro social masivo resultó el proceso inflacionario que registró en promedio entre los años 1976 y 1980, un 181% acumulado anual con un mínimo de 87,6% y un máximo de 347,5%, al tiempo que no existían, entre tantas otras cosas, actualización salarial al punto que como señala Adolfo Canitrot, el salario real cayó entre 1974 y 1983 un 18%.
En rigor, queda claro con datos de Encuesta Permanente de Hogares que la dictadura militar de mediados de los años setenta, a la par de practicar el terrorismo estatal con sus secuelas de desapariciones, exilios, represión y muertes; puso fin al perfil socioeconómico tradicional de país integrado con amplios segmentos de ingresos medios en su composición social que distinguieron a la Argentina del resto de los países latinoamericanos, desde mediados del siglo XX.
La dictadura, que reivindica el actual gobierno nacional, fue responsable principal de iniciar el tipo de país socialmente desintegrado, empobrecido y asimétrico que se consolidó con la recuperación democrática, se revirtió parcialmente entre los años 2003 y 2015 y hoy se profundiza a niveles inéditos.
*Director Consultora Equis.