Parece un dèjà vu, pero nos dicen que todo es diferente. El nuevo acuerdo con el FMI no generaría nueva deuda y serviría para resolver los problemas de inflación y crecimiento. MIentras eso sucede los mercados dudan.
¿El dólar no está atrasado? ¿Porqué no mostrar lo que se va a firmar? ¿Tan malo es? ¿Tantas complicaciones generaría? Mientras tanto, el Congreso no se sabe si porque está de acuerdo, o por la incapacidad para discutir seriamente las características del nuevo endeudamiento, o porque están pensando en renovar sus bancas decidió firmar, sin saber de qué se trata.
La otra remake es lo que sucede en las calles. Nada justifica la violencia, la quemas de coches, tampoco el palazo a una jubilada o que un fotógrafo esté peleando por su vida. No se entiende porqué la marcha sistemática de jubilados de los miércoles terminó en semejante batahola.
Comenzó siendo un grupito de jubilados pidiendo por sus derechos. Son quienes más sufren el ajuste ¿Será culpa de militantes que copan las marchas, o de un gobierno que no acepta que cincuenta corten una parte de la calle? La impericia o el afán represivo terminó agigantando las cosas. Y obviamente, hay quienes intenta sacar rédito.
Todo esto ya lo vivimos entre 2017/2018. Cuando Macri quiso cambiar la fórmula de ajuste jubilatoria luego de su triunfo en las elecciones de medio término. Tuvo una plaza que lo enfrentó.
Luego vino el anuncio del acuerdo con el FMI. Lo de Macri sabemos cómo terminó. Un gobierno fracasado que pierde la oportunidad de ser reelegido.
La actual experiencia de gobierno no sabemos cómo termina. Pero está empezando a generar dudas, no solo en los mercados, también en la opinión pública. Milei supo vencer en las elecciones porque la política tradicional fracasó. Su prédica de que los políticos, los empresarios, y el Estado habían traicionado a la gente de bien tomó cuerpo. Se encarnó en el personaje de un anarco-capitalista que se encargaría de terminar con esa situación.
Recordemos que como antisistema se expresaba contrario a tomar deuda con el FMI, porque eso era hipotecar el futuro de la gente. No es casualidad que una parte de los jóvenes se encandilaran con Milei. Se identifican no solo con su modo espontáneo de hablar y decir sino con la idea anarquista de terminar con el Estado. Esos jóvenes piensan que el Estado estaba lleno de gente que no trabaja, que se ocupaba de dar dádivas, de atentar contra la cultura del trabajo mediante la entrega de planes sociales, asistencias varias, entrega de materiales y comida.
Esos jóvenes casi no han tenido vínculos con la economía formal, la mayoría tiene trabajos informales.
Los jóvenes del 2003 se identificaban con la rebeldía de Néstor Kirchner, muchos del 2023 con Milei. Pero algo está cambiando, la estabilidad económica les da tranquilidad, pero no les resuelve el no llegar a fin de mes. Comienzan a pedir que se abran fuentes de trabajo genuinas, y en blanco. La demanda comienza a dejar de ser sobre la estabilidad para ser sobre el trabajo y los ingresos. No solo eso.
Además de que rondan sospechas de corrupción sobre el Ejecutivo, los operativos de los miércoles comenzaron a ser cuestionados por la opinión pública. Lo fue el operativo del día 12, y las imágenes del último miércoles de una ciudad militarizada no parecen lo mejor.
Como vemos ha comenzado una nueva etapa política y en la opinión pública. Mayo será un mes de elecciones locales en la Capital y en cuatro provincias. Sabremos cuánto vale la marca de la LLA en CABA y en el interior del país. También cuánto vale la del peronismo, y la del PRO y qué nuevos liderazgos comienzan a emerger.
*Consultor y analista político.