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la ingeniería financiera del ministro

Caputo prepara su entrada triunfal a 2025: el jueves pagará US$ 4.704 millones

El Gobierno pagará en tiempo y forma US$ 2.901 millones de capital y US$ 1.803 millones de intereses de deuda en títulos Global y Bonar. Se descuenta que el ministro de Economía tiene los fondos en disponibilidad para la liquidación, este jueves 9. Estos títulos, reestructurados por el exministro Martín Guzmán en 2020, fueron el año pasado una de las estrellas financieras en todo el mundo. Como ex trader, Caputo lo vive casi como una revancha personal.

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Julio César Kaput. | Pablo Temes

Ya no hay tiempo. La operación debe cerrarse con los dólares ya disponibles y la presentación, por fin, en sociedad del REPO (Repurchase Agreement) que se viene negociando desde agosto del año pasado. Pagar primero, y mostrarles luego a los operadores locales y al mundo financiero internacional (a este último más que nadie) que el 9 de enero se pagarán en tiempo y forma, y sin problemas coyunturales, los US$ 4.704 millones de vencimiento de deuda en títulos Global y Bonar, divididos en 1.803 millones de intereses y unos 2.901 millones en capital. Ya circulan por redes las recomendaciones de los bancos tradicionales, fondos de inversión y billeteras virtuales varias, cómo se acreditará ese dinero y hasta hay competencia de imagen sobre dónde conviene que ese dinero llegue a las cuentas de los clientes. De la manera más segura. Hay también informes de consultoras locales y visitantes que descartan el movimiento y hablan de lo que vendrá después. Y hasta se conjetura sobre el dinero para el próximo vencimiento de bonos reestructurados en 2020 por Martín Guzmán que caerá en julio próximo, y cuando habrá que cumplir con el pago de unos US$ 4.688 millones.

Se sabe (más bien se descuenta, ya que aún no mostró sus cartas en público) que Luis “Toto” Caputo ya tiene todo cerrado, y el dinero en disponibilidad para ejecutar la liquidación correspondiente. Y que el miércoles de la semana la próxima semana, oficialmente se apretará la tecla enter y el dinero volará a las cuentas de los clientes que mantuvieron la deuda argentina. O a la de los más afortunados o los que “la vieron”. Son los que compraron los bonos al final de 2023 a un valor de menos del 30%, y no solo recibirán los pagos comprometidos, sino que tienen activos financieros con una cotización superior al 70%. Como se sabe, estos bonos reestructurados en 2020 fueron en 2024 una de las inversiones estrella del globo. Se ganó con estos papeles más que con la acción de Tesla o el Bitcoin. Y, además, ahora pagarán renta.

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El ministro de Economía vivirá esta liquidación como una revancha a quienes (muchos por cierto, incluso amigos) dudaron de la capacidad del país de generar los recursos suficientes para cumplir con el vencimiento. El Caputo ministro hasta experimentó de manera personal cómo antiguos colegas de correrías financieras no le dieron la derecha en su estrategia financiera de 2024, y lo abandonaron en el peor momento de la faena (cerca de julio-agosto 2024). También sabe lo que costó convencer a los que sí apoyaron para que se conviertan en financistas en el peor momento del convencimiento sobre el éxito de su plan de pagos. Y sabe quiénes hasta criticaron abiertamente en público su idea de hacer volar a Londres a las reservas en oro depositadas en algún rincón blindado del Banco Central.

Ahora tendrá su revancha. Dentro de cinco días.

¿Qué tiene pensado el ministro Caputo?

Luis “Toto” Caputo conoce a estos operadores y sus preocupaciones casi más que nadie. Porque, en definitiva, gran parte de su vida fue uno de ellos. Y de los exitosos. Casi con características de leyenda. Sus habilidades de compra, venta y todo lo que hay en el medio en el terreno de los títulos públicos de toda América Latina lo convirtieron durante décadas en uno de los faros del mercado de capitales internacional en referencia a la región. Demandado por los referentes más importantes del mercado de capitales mundial, trabajó en un puñado de bancos de prestigio, donde demostró capacidad, calidad, habilidad y, fundamentalmente, valentía traducida en rendimientos fuertes en sus estrategias de inversión con rentabilidades importantes. Lo que importa en ese mundo es ganar dinero. Y Caputo lo logró. Muchas veces apostando a favor de las emisiones de deuda de los países de la región. Y a veces en contra. Nada que reprochar. De eso se trata ese mundo “trader”. Ahora, el jueves, le toca demostrarles a sus excolegas que la razón la tenía él. Y los que compraron los bonos cuando solo había que tener confianza, porque los argumentos sólidos escaseaban.

Para armar su estrategia de pago del próximo jueves, Caputo desempolvó a mediados de 2024 su manual de estilo 2017, cuando era ministro de Finanzas, y en enero de ese año cerró una megaoperación de toma de deuda por unos US$ 6 mil millones, ejecutando un programa financiero anual que llevó al país a un nivel de reservas de casi US$ 46 mil millones. Reales. Intervinieron aquella vez grandes operadores del mercado financiero mundial, como el Santander, el BBVA, Citi, Deustche Bank, HSBC y el JP Morgan, que en medio de la euforia del comienzo de la gestión macrista aportaron unos mil millones de dólares cada uno en lo que se llamó un “adelanto” de deuda para eventuales futuras colocaciones para cuando el mercado estuviera tranquilo y la política de crecimiento y desarrollo del gobierno de Mauricio Macri se hubiera concretado. Eran tiempos de promesas, de segundos semestres y brotes verdes. Algo que, finalmente, no terminó de suceder, con lo que esa colocación (proyectada para un total de 20 mil millones finales) terminó cerrándose en esos 6 mil millones de dólares y dinero que luego formó parte de los fondos reestructurados en octubre de 2020 durante la renegociación de pasivos de Martín Guzmán en el gobierno de Alberto Fernández. Aquella colocación con plazo de devolución a 18 meses con una tasa del 3,8% anual fue enmarcada en los términos del mecanismo REPO, un esquema de garantía de depósito a cambio de un préstamo temporal de corto plazo, destinado a casos donde el currículum del demandante no es el mejor. Era el caso de la Argentina en ese 2017, cuando la garantía del préstamo fueron los Bonar 24, unos títulos que liquidaban una tasa equivalente a la Libor más 290 puntos básicos y que en ese momento eran bastante respetados. Luego cayeron en la reestructuración de 2020. Curiosamente, deberían haber sido rescatados (pagados) este año.

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Para la operación de esta semana, Caputo armó un esquema similar, aggiornado a las circunstancias. Compró durante la segunda parte del año todos los dólares que pudo, sin que se los anote como reservas en crecimiento, sino colocándolos en una especie misteriosa de plazo fijo paralelo en el Banco de Nueva York Mellon (el BONY, siempre cercano al país en las buenas y en las otras), cuenta casi de fideicomiso para tener dinero cash de pago del vencimiento que se viene. Una vez cerrado el año, hizo cálculos y determinó de cuánto dinero dispone en esa cuenta y cuánto le resta conseguir. Y para el resto activó el nuevo REPO, con el ya famoso oro enviado a Londres de garantía, sumados a los bonos en propiedad del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de Anses, organismo que el año pasado tuvo por esos títulos públicos una rentabilidad extraordinaria. Esta operación ya está cerrada. Y se presentará oficialmente en sociedad esta semana, horas antes del vencimiento. Se sabe que al menos en esa cuenta hay depositados unos US$ 1.900 millones correspondientes a los intereses, y un puñado más de dinero para cumplir al menos parte de la liquidación de capital. Y que los bonos y el oro servirán de garantía par aun préstamo del tipo REPO, con un acuerdo de recompra por parte del Estado nacional a tres años para pagar el capital que aún no tenga el efectivo para su liquidación. Los bonos de garantía serán, seguramente, una nueva tanda de los llamados Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), una línea de papeles de buena fama, que hasta aquí se utilizaron para normalizar la corriente de divisas para los importadores.

Se sabe que hay al menos tres bancos intervinientes. Se habla del Citi, el Morgan Stanley y el siempre cercano JP Morgan. Menos entidades que la operación de 2027, pero todos solventes y con buena fama. Y con clientes en el mundo dispuestos a confiar. Otra vez.

Una vez pagado el vencimiento, será el momento de pensar en el 10 de enero hacia delante. Sabe el ministro que no puede pensar en aperturas de las trabas de acceso al dólar, estrategias de levantamientos del cepo, caídas del riesgo país a niveles de posibilidad de tomar deuda voluntaria sin REPO y en créditos serios para infraestructura e inversiones de largo plazo dentro del territorio argentino, tendrá primero que demostrar que pagó en tiempo y forma los vencimientos del 9 de enero. En el Ministerio de Economía se viven estas horas previas como la antesala de un partido del mundial. Solo falta la arenga del DT (o del presidente del club) para salir a la cancha, pagar el vencimiento y empezar a jugar en serio el partido de 2025.

LT