¡¡Que impresión!! ¡¡Escribir 2025!! Empezó el nuevo año y con él todas las buenas intenciones personales. Pero en las comunes ¿qué nos depara este 2025? Habrá grandes novedades, las más importantes relacionadas con el hecho de ser un año electoral de medio término y por lo tanto con muchas idas y venidas, con nombres y cooptaciones o alianzas. El Gobierno se prepara para su estreno como partido político con representación nacional, esto significa adherir a las normas electorales, o sea respetar la paridad y reconocer el derecho de las mujeres y personas de la diversidad a participar en igualdad de condiciones. Algo interesante para un grupo en el poder que desconoce la igualdad de género y reniega de ella como un invento de las feministas, ese grupo denostado y al que se le atribuyen muchos de los males para quienes lo miran desde esa perspectiva. Porque en general son principios aceptados y considerados beneficiosos para muchos no solo en el país, sino en el mundo. Como en la Agenda 2030 ese documento aprobado en Naciones Unidas en 2015 que plantea una seria de objetivos que abarcan todas las áreas y esferas de la vida en el planeta, pero que el Gobierno actual ha negado y por eso se retiró en Naciones Unidas de los ámbitos donde se tratan estos temas. Ámbitos que son la gran mayoría, por eso estamos en un impasse, aislados del mundo. Incluso nuestro país se retiró de la participación en la discusión del Pacto del Futuro, que es el ámbito de discusión para orientar a las Naciones Unidas y a los Estados miembros hacia el futuro, y específicamente 2030. Entonces cabe preguntarnos: ¿respetarán la participación en sus listas de candidatos a ocupar los cargos legislativos de igual representación de mujeres y hombres? Y en una forma que asegure que siempre el uno y uno se respete así se cumple cabalmente y no figuradamente la paridad. Pero si, como se está comentando, se arman listas testimoniales en las que se respete la forma para la elección, pero luego se cambian nombres porque continuarán en funciones ejecutivas... Si esto ocurre, habrá un doble engaño a la ciudadanía: el que el/la candidata votada no ocupe luego ese lugar y que se altere la paridad. Esto último no se menciona, por eso es necesario recordárselo a los responsables de armar las listas y muy especialmente a quienes lo hacen en partidos o sectores que no respetan ni reconocen la igualdad de género. Entonces, ¿por qué van a respetar la paridad?
El otro objetivo del Gobierno en este 2025 es el cambio cultural, o sea la transformación de algunos valores en la sociedad que creen necesaria para que el país sea un modelo de una sociedad con menos “gobierno” y con más libertad. En este campo es donde hay más dudas o donde se aprecian más controversias dentro del propio Gobierno. Mientras Sturzenegger completa el proyecto de “ley hojarasca” que avanza en las desregulaciones que acaban el rol del Estado, que implica cierre de áreas públicas con los despidos y/o pase a retiro de sus empleados, el ministro de Economía mantiene los salarios en baja y se aferra al equilibrio fiscal, algo que impedirá la recuperación de la construcción, un importante motor del empleo, ni el comercio, ni la industria en su totalidad, salvo algunas pocas, como lo señala Burgueño en la nota sobre 2024, año de la economía bipolar, seguirán siendo algunos sectores de la población los principales perdedores. En ese sentido, los jubilados y la niñez son los que más nos deben preocupar. El domingo pasado, en la sección Ideas, Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social de Unicef Argentina, señaló el logro alcanzado en 127 municipios del país por un programa especial para garantizar los derechos de la niñez. El programa articula la escuelas con los centros de salud y los servicios de protección de derechos. Esto implica reconocer la corresponsabilidad de nación, provincia y municipios. Para eso se necesita que haya Estado. ¿Cómo se compagina esto con el proyecto de “ley hojarasca”? Esta es alguna de las preguntas que nos hacemos frente al cambio cultural tan mentado, veremos cómo se resuelve.