Un equipo de médicos australianos logró una hazaña médica al trasplantar un corazón que previamente había dejado de latir. En los trasplantes actuales, el proceso se inicia tras la muerte cerebral del paciente. Con el corazón aún “batiente”, el órgano es extraído y criopreservado a bajas temperaturas mientras es trasladado. La ventana durante la cual el órgano es utilizable es de cuatro horas, y eso obliga a organizar operativos complejos, que muchas veces no dan tiempo a completar la operación.
Sin embargo, ahora, el profesor Kumud Dhital, de la Universidad New South Wales, incluyó un aparato capaz de recibir el corazón extraído de un paciente fallecido, reanimarlo y mantenerlo latiendo, nutrido de oxígeno y a una temperatura adecuada. Así logró extender a entre 12 y 24 horas el tiempo durante el cual el corazón permanece apto para ser trasplantado. El procedimiento fue realizado en dos pacientes que se recuperaron tras la cirugía pero aún continúa siendo experimental. Expertos señalan que cuando sea aprobado permitirá aumentar en forma significativa la cantidad de órganos disponibles.
“Esta innovación australiana se viene ensayando desde hace años y puede resultar útil para aumentar la cantidad de donantes en muchos países”, le explicó a PERFIL Alejandro Bertolotti, subjefe de Trasplante Intratorácico de la Fundación Favaloro. Según este experto, la novedad que logró el equipo australiano es que recuperó un corazón “parado”, que luego fue extraído y colocado en un equipo que lo mantiene latiendo y en condiciones de ser trasplantado durante casi un día completo.
“Esto será muy útil porque hay países como Japón, donde el criterio de muerte cerebral que usamos en Argentina no alcanza. Allí, además de la falta de actividad en el cerebro, también tiene que haberse detenido el corazón antes de utilizarlo. Sin embargo, al pararse comienza a deteriorarse y el órgano tiene menos probabilidades de ser aprovechado”.
El uso de esta nueva tecnología –que está en proceso de recibir la aprobación de la FDA– podría solucionar el problema del tiempo y aumentar la cantidad de órganos disponibles. Eso sí, según el experto, se trata de un equipamiento extremadamente caro. Bertolotti también contó que “desde la Favaloro, junto al Incucai, estamos poniendo a punto un proceso similar, pero enfocado en la preservación de los pulmones de un donante”.