Aunque la sensación puede ser distinta para cada turista, la temperatura superficial del Mar Argentino varió en los últimos cuarenta años y se registran zonas de aumento y otras de disminución. Así, según una investigación, en las áreas marítimas cercanas a la costa atlántica se registra un ascenso de 1,2° centígrados que, en las cercanías de Mar del Plata, trepa hasta los 1,6° grados.
“El estudio abarca una zona amplia: de los 38° a 55° de latitud sur de la plataforma del Mar Argentino. Y encontramos dos zonas bien marcadas, una responde a un calentamiento de la superficie y otro a un enfriamiento”, indicó la investigadora del Conicet en el Servicio de Hidrografía Naval (SHN), Daniela Risaro, quien elaboró este estudio para realizar su tesis doctoral.
“Al sur del paralelo 49°, desde el área de Bahía Grande en Santa Cruz, todo tiene una señal de enfriamiento muy significativa. Pero por el contrario de lo que se observa al norte de la plataforma es una señal de calentamiento”, agregó la experta.
En un promedio general, las variaciones fueron de 0,8° centígrados de aumento o disminución, según la zona. “La tasa de calentamiento y enfriamiento es cercana a 0,2° por década. Eso implica un cambio total de 0,8 grados o 1° grado. La variación no está distribuida en forma igualitaria a los largo de las cuatro décadas sino que comprobamos que fue mucho más abrupta en la última década, con más del 50 por ciento de aumento”, explicó la investigadora que se dedica a estudiar la interacción entre el océano y la atmósfera.
“En algunas zonas –añadió Risaro- como en el sur de la provincia de Buenos Aires hubo aumentos de más de 0,4° por década, es decir que, en 40 años, se registró un aumento cercano a 1,6 grados celcius”.
Para llegar a estos resultados, la oceanógrafa utilizó una base de datos satelitales con sensores infrarrojos y para entender el comportamiento de la temperatura en las capas por debajo del nivel más superficial, se usaron datos recopilados por varias estaciones hidrográficas. “Son mediciones puntuales hechas a bordo de buques oceanográficos que miden la temperatura con un aparato que desciende hasta el fondo del mar”, describió Risaro.
Sorpresa. Lo que sorprendió a la investigadora es que “las variaciones de la temperatura subsuperficial son, en algunas ocasiones, más intensas que las observadas en la superficie. Esto indica que no solo la superficie del océano sino que también las primeras capas de agua, hasta alrededor de los 50 metros de profundidad, responden a los fenómenos de enfriamiento o de calentamiento”.
La causa apunta a modificaciones en los vientos que podrían asociarse al cambio climático, aunque esperan recopilar más datos a lo largo del tiempo para poder asegurarlo. “El cambio climático implica una serie de cambios tanto en las condiciones de la atmósfera como del océano respecto de sus condiciones “promedio”. En el caso de la plataforma, el enfriamiento ocurre parcialmente en respuesta a un aumento de los vientos en el sur de la Patagonia”, afirmó Risaro.
Mezclas. Cuando se incrementa la intensidad del viento sobre un cuerpo de agua, este hace que se mueva cada vez más y que se mezclen las capas más superficiales con otras un poco más profundas y frías por lo que desciende la temperatura. “Algo parecido pero opuesto – explicó la investigadora- observamos cuando el viento disminuye su intensidad. Entonces, el agua se queda más quieta y está más propensa a calentarse en la superficie, que es lo que pasa en la zona norte de la plataforma”.
Los expertos aclaran que estas tendencias deben diferenciarse de eventos de corto plazo como el que ocurrió en Mar del Plata en diciembre y principios de enero, en los que la temperatura del mar registró un descenso de poco más de un grado que las mediciones promedio.
“Hay fenómenos locales que ocurren cuando hay vientos favorables a la surgencia, al ascenso, de aguas frías que se encuentran en niveles más profundos en la columna de agua”, señala la investigadora del SHN, Silvia Romero.
Las variaciones de temperatura no sólo se dan a nivel de la plataforma continental argentina sino que también se encuentran a mayor distancia, tal como observa en su estudio la becaria doctoral en el Centro de Investigaciones de Mar y de la Atmósfera de la UBA Inés Leyba: “Hay regiones del océano Atlántico donde la temperatura parece estar aumentando y en otras estar disminuyendo. El aumento es muy evidente y marcado en la zona de la corriente cálida de Brasil”.
En esa región el incremento de la temperatura superficial fue en promedio de 0,6° en el verano y de 0,66° en invierno, por cada década, en 34 años es decir de casi 2° grados celcius. Según Leyba:”Muchos trabajos señalan que el anticiclón semipermanente se está expandiendo y desplazando cada vez más hacia el sur y esto genera cambios en el patrón de vientos que -a su vez- intensifican la corriente de Brasil”.
El resultado es que lleguen aguas cálidas a zonas más australes del océano, a la altura del sur de la provincia de Buenos Aires.
“En la atmósfera se están viendo cambios que están relacionados con lo que se ve en el Atlántico Sur como el movimiento hacia el sur del anticiclón. Son procesos acoplados océano-atmósfera que están indicando un cambio de largo período. Cuando los registros se extienden a más de treinta años y hay tendencias en el tiempo, estas se vinculan con el cambio climático”, concluyó Romero.
Cómo afecta a los animales
Las variaciones de la temperatura del mar tiene efectos en la distribución geográfica y en la reproducción de las especies que no logran adaptarse a éstas variaciones de manera rápida.
“Los primeros en verse expuestos son los organismos del plancton, un conjunto muy variado de plantas microscópicas, fitoplancton, pequeños animales, zooplancton, huevos y larvas de peces. En cuanto a organismos más grandes en la trama alimenticia, como los peces, el efecto puede ser directo por consecuencias del cambio térmico, o indirecto debido a cómo afectó a sus presas o predadores”, indicó el investigador Ezequiel Leonarduzzi del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). El experto presentó un informe sobre el tema en la última Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Según a este especialista, entre las especies de interés pesquero más afectadas por estos cambios se encuentran los bivalvos con valva calcárea, por su capacidad limitada de movimiento como así también la anchoíta, la caballa, el calamar y la corvina rubia, entre otros.
DS