La producción de yerba mate cayó un 30% y miles de pequeños productores dejaron de cosechar porque ya no cubren los costos básicos.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Claudio Hacklander, productor yerbatero y presidente de la Asociación Unión de Agricultores de Misiones, quien comentó que, “la situación es catastrófica”.
Según Hacklander, “los valores que están ofreciendo los diferentes acopios de hoja verde varían”, y en la mayoría de los casos, se pagan entre 220 y 250 pesos el kilo, mientras que el costo real de producción hoy es de 365 pesos.
En sus palabras, el desplome no es nuevo, pero se profundizó en los últimos meses: “Este problema se agudizó aún más este año, venía en caída libre desde el año pasado”.
Desregulación y concentración: el origen del problema
Hacklander señaló que el colapso del precio se debe, en gran parte, a la desregulación del sector. “Nosotros necesitamos tener un control sobre la producción para poder ir creciendo a medida que va aumentando el consumo”, explicó.
El productor recordó que en 2023 se alcanzaron niveles récord de producción, 986 millones de kilos, lo que rompió el equilibrio entre oferta y demanda: “Hoy estamos en una caída libre de los precios que es realmente catastrófica. No vemos el fondo del pozo todavía”.
Además, criticó la reciente eliminación de la resolución que limitaba nuevas plantaciones: “Esto va a hacer que la concentración de producción se dé en pocas manos... y nosotros somos más de 13.400 productores en total”.
Exportaciones estancadas y sin innovación
El 15% al 18% de la producción yerbatera argentina se exporta cada año, un número que, según Hacklander, no crece porque “la comodidad del sector industrial hace que no se interesen por la innovación”. Europa, por ejemplo, no es un mercado fácil: “El europeo no tiene el tiempo suficiente para dedicarse a preparar el mate como lo tomamos nosotros”.
Hacklander defendió la necesidad de fomentar productos nuevos para diversificar mercados, objetivo que perseguía la regulación eliminada: “Esa medida buscaba que quien venía a invertir trajera también innovación. Nosotros sabemos producir; lo que no podemos encontrar con facilidad es a quién venderle”.
Cosechas paralizadas y familias en riesgo
El resultado de esta crisis es devastador: “Muchísimos productores decidieron no levantar la cosecha”, confirmó. La caída del 30% en la producción se explica, en gran parte, porque “no cubren ni siquiera el costo productivo”.
“Somos 13.000 familias productoras más 15.000 o 20.000 familias de trabajadores rurales que se dedican exclusivamente a la cosecha yerbatera”, enfatizó. La desregulación, advirtió, sólo beneficia “a quienes tienen mayor espalda económica para soportar estos movimientos. Terminan quedándose con la gran parte de la torta”.
Una cadena desigual: precios bajos en origen y altos en góndola
Hacklander denunció una asimetría entre el precio que se paga al productor y el valor de venta al público: “Habitualmente, el valor de la hoja verde era el 10% del valor del paquete en góndola. Hoy estamos en 250 pesos promedio y el paquete no dejó de subir: está a más de 5.000 pesos por kilo”.
¿La solución? Regulación y apoyo al pequeño productor
Frente a esta crisis, el dirigente yerbatero es claro: “Necesitamos trabajar bajo un sistema regulado de mercado”. El riesgo, insistió, es que los pequeños productores desaparezcan frente a las grandes firmas integradas que dominan el negocio.
Sobre posibles alternativas, algunos intentan vender yerba con marca propia, pero enfrentan enormes obstáculos: “Somos pequeñas explotaciones de 25 hectáreas, sin capacidad de competir en marketing ni comercialización. Es muy difícil salir al mercado solo con un producto tan difícil de ubicar”.
La competencia extranjera no es una amenaza directa, pero preocupa
Para finalizar, Hacklander comentó que, aunque las yerbas importadas desde Brasil y Paraguay tienen un nicho muy específico, “no tienen estacionamiento, son casi polvo, o tienen yuyos aromáticos”.