En una entrevista con Canal E, el analista de discursos políticos José María Saráchaga habló sobre la decadencia de la oratoria en el Congreso, destacando que la falta de preparación es uno de los principales problemas.
"La oratoria empieza en la previa, no en el momento en que tomás la palabra. Si no preparás bien tu discurso, el resultado es lo que estamos viendo hoy", afirmó Saráchaga, quien explicó que la mayoría de los diputados se limitan a ser "coacheados por asesores sin experiencia", lo que lleva a discursos vacíos y poco sustanciales.
El Congreso como un espectáculo mediático
Saráchaga también criticó la transformación del recinto legislativo en un "programa de chimentos", donde la política parece haberse subordinado al espectáculo. "Lo que estamos viendo es impresentable. Cada vez es más fácil hacer ruido y cada vez se trabaja menos", dijo, aludiendo a las estrategias de distracción y provocación que algunos diputados usan para ganar atención mediática. A su juicio, la política debería centrarse en el contenido y no en la forma.
El riesgo de la sobreexposición
Al referirse a las estrategias de algunos legisladores que intentan destacarse a través de comportamientos excéntricos, Saráchaga advirtió sobre los peligros de la sobreexposición. "Es obvio que te conviene llamar la atención, pero hay que destacarse por lo bueno”, expresó, remarcando que los diputados deben tener en cuenta que sus intervenciones serán "recortadas y publicadas en redes sociales". Este fenómeno, según Saráchaga, limita el impacto real de los discursos y favorece la superficialidad.
La crisis de la política y la era digital
En cuanto a los desafíos que enfrenta la política actual, Saráchaga reflexionó sobre el impacto de las redes sociales en el Congreso. "Hoy, cualquier discurso puede ser recortado y viralizado en segundos. El contexto se pierde, y lo que queda es la imagen", comentó. Esto, según el analista, ha llevado a muchos diputados a centrarse más en generar una buena "actuación" para la tribuna que en ofrecer discursos políticos y sociales sustanciales.
La mentira en la política y la inteligencia artificial
En un mundo donde la inteligencia artificial puede alterar la percepción pública, Saráchaga destacó los riesgos de las noticias falsas. "Una mentira funciona solo si tiene un porcentaje alto de verdad. Si un video parece plausible, puede colarse en la opinión pública", explicó, aludiendo a ejemplos recientes de manipulación mediática y cómo las personas tienden a creer lo que se presenta como probable, aunque esté manipulado.
Saráchaga también hizo una reflexión sobre cómo los políticos deben ser conscientes de la influencia de la tecnología. "El escenario que armas para la mentira es clave. Si se construye un entorno plausible, la mentira tiene más posibilidades de funcionar", dijo, advirtiendo sobre los peligros de las narrativas manipuladas en la era digital.