En diálogo con Canal E, el consultor ganadero Raúl Milano aseguró que la cadena cárnica vive un escenario positivo gracias a precios firmes, buen nivel de exportación y condiciones productivas favorables.
Precios firmes, retenciones y fortalecimiento del sector
“La ganadería y la parte agraria somos los dos que hemos zafado de esta situación”, señaló Milano, al referirse a la continuidad hasta el 31 de octubre de la eliminación de retenciones para la carne. Explicó que la medida, a diferencia de la aplicada a los cereales, permite más tiempo de reacción para una industria con procesos más lentos. “La carne es un bien que requiere tiempo, no es como el cereal que se puede anotar y exportar de inmediato”, remarcó.
En cuanto a los precios, Milano fue enfático: “El título ‘firmeza en precio’ es importante decirlo”, y respaldó su afirmación con datos concretos: “El aumento del novillo en Cañuelas fue del 63% frente a una inflación de 19% hasta agosto”. Indicó además que el novillito vinculado al consumo interno tuvo una suba del 53%, lo que confirma la buena salud del mercado.
“El exportador vuelve a tener mayor poder de compra que el consumidor”, dijo, resaltando que el 30% de la faena nacional se destina a la exportación, un dato que potencia el rol de la industria cárnica argentina en el mundo. Además, señaló que los precios internacionales son favorables y el dólar alto mejora la competitividad. Hoy, el novillo pesado ronda entre los $3.300 y $3.400, mientras que la invernada se ubica cerca de los $4.000 por animal.
China, el gran comprador: ¿riesgo por concentración?
“No depende de ningún milagro ni del gobierno; hay pasto, llovió y la vaca tiene buen índice de preñez”, apuntó Milano, destacando que la rentabilidad actual del productor responde a una conjunción de factores productivos y de mercado. Señaló que la exportación a China fue clave en este proceso: “China, en los últimos 7 u 8 años, es el gran demandante de carne de vaca”.
La carne de vaca, que antes tenía escaso valor, hoy promedia más de 5.000 dólares por tonelada en el mercado chino, cuando en su momento Rusia apenas pagaba la mitad. Esto le permitió al productor mejorar sus ingresos por partida doble: por el ternero y por la vaca.
Sin embargo, alertó sobre un punto crítico: “Nunca es bueno tener una concentración muy grande en un solo país”, ya que el 70% de la carne exportada va a China. Explicó que tras la peste porcina africana, el gigante asiático se convirtió en el mayor comprador de carne roja del mundo, pero podría cambiar las reglas. “China está evaluando un sistema de cupos por país o globales, y eso no sería bueno para la Argentina”, advirtió.
Milano concluyó remarcando que el contexto actual es positivo y alentador para el crecimiento ganadero. “Es muy bueno. Esto permite pensar y seguir confiando en producir”, aseguró.