La eliminación del Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) por parte del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado marca un giro importante en la política comercial argentina. Según explicó Eugenia Muzio en diálogo con Canal E, este decreto apunta a habilitar la importación de maquinaria usada, especialmente desde Estados Unidos, país que habría solicitado esta flexibilización como parte del paquete de condiciones para respaldar el acuerdo argentino con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Es un requisito que Estados Unidos le pidió a Argentina como parte del apoyo al acuerdo con el FMI”, señaló Muzio, en referencia a la medida que permite traer equipos usados, especialmente vinculados a la actividad agropecuaria.
Impacto en la industria local
Uno de los puntos más sensibles es el efecto que esta medida puede tener en la industria nacional. Muzio explicó que los fabricantes locales ven con preocupación esta apertura, ya que no pueden competir con el precio de equipos usados, que rondan la mitad del valor de uno nuevo. “Con una estructura impositiva pesada y costos de producción que crecieron en dólares, competir se vuelve imposible”, advirtió.
Además, existe el riesgo sanitario: al eliminar el CIBU, también desaparece el filtro que ofrecía cierto control sobre posibles pestes o enfermedades que podrían ingresar al país junto con las máquinas.
Una agenda que se va revelando
Para Muzio, la derogación del CIBU es apenas el primer paso visible de una lista más larga de exigencias del gobierno estadounidense hacia la Argentina. “Lo vamos a ir descubriendo con el tiempo”, anticipó. Al respecto, mencionó también la presión para desactivar el swap con China, que tiene implicancias no solo monetarias sino también geopolíticas.
“Cuando vino Scott Bessent, ya se hablaba de resolver el swap con China. Hay una disputa comercial global donde EE.UU. quiere asegurarse que el dólar siga siendo la moneda de referencia”, explicó la periodista.
El juego del FMI: dinero con condiciones
Muzio recordó que el swap con China fue renovado recientemente hasta junio de 2025, pero advirtió que el Banco Central ya estaría negociando una nueva prórroga. En paralelo, Argentina enfrenta exigencias tradicionales del FMI como la reducción del déficit fiscal, la baja de subsidios y una eventual reforma tributaria.