En un contexto laboral cada vez más dinámico, el concepto de "trabajo líquido" redefine la manera en que las personas se relacionan con sus empleos y las organizaciones.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con la especialista en Relaciones Laborales, Ayelén Kalenok, quien comentó que, “el trabajo líquido” es un término que describe cómo las relaciones laborales se están reconfigurando en la actualidad.
“Hace referencia a cómo se están reconfigurando las relaciones laborales hoy en día”, explicó. Inspirado en la idea de “sociedad líquida” de los años 90, este modelo describe un escenario en el que todo cambia rápidamente y donde las estructuras rígidas pierden sentido.
En este nuevo paradigma, se abandonan los esquemas tradicionales de horarios fijos y jerarquías verticales, y se promueve una lógica más flexible y descentralizada. “Ya no hablamos de un plan de carrera concreto ni de un desarrollo jerárquico, sino de caminos mucho más horizontales”, agregó Kalenok.
Flexibilidad, adaptabilidad y autonomía
Uno de los pilares de este modelo es la flexibilidad. Para Kalenok, esto abarca desde los horarios hasta los espacios de trabajo. “Tiene un protagonismo muy grande la flexibilidad: horaria, de espacio, de oficina o presencialidad”, detalló.
A esta característica se suma la adaptabilidad. Según la entrevistada, en un mundo donde “lo que aprendemos hoy queda viejo mañana”, las personas deben estar en constante evolución. Esta dinámica exige una actualización permanente de conocimientos y competencias.
Otro eje central es la autonomía. En el trabajo líquido, muchas personas trabajan por proyectos, por lo que deben construir y sostener una red de contactos propia que les asegure ingresos futuros. “Ya no tienen tal vez un trabajo de ocho horas que es su única entrada de dinero”, dijo Kalenok.
Un nuevo tipo de trabajador
Kalenok describió cómo este modelo genera perfiles profesionales diversos y multifuncionales. “Se ve con estas personas que trabajan de manera remota para una empresa en España, dan consultoría a una pyme local y venden cursos online”, ejemplificó.
El currículum también se transforma. En lugar de mostrar una carrera lineal, los nuevos perfiles deben reflejar un mosaico de experiencias y colaboraciones múltiples. “Hoy hay que volcar en ese currículum todos los proyectos, no solo la compañía para la que trabajaste”, recomendó.
Ventajas y desafíos del nuevo modelo
Aunque este modelo ofrece libertad y dinamismo, también impone desafíos. “Las personas que trabajan con este tipo de modelo tienen muchas responsabilidades extra”, advirtió Kalenok. La falta de previsibilidad y la presión constante por generar nuevas oportunidades pueden generar estrés y vulnerabilidad económica.
Asimismo, alertó sobre posibles formas de precarización. “¿Qué pasa con la construcción de la cultura de trabajo, de la relación más a largo plazo?”, se preguntó. Si bien las empresas pueden reducir costos contratando por proyectos, existe el riesgo de vaciar de contenido los vínculos laborales.
Un modelo que se expande
Aunque el trabajo líquido surgió en rubros artísticos o creativos, Kalenok advierte que ya se extiende a profesiones más estructuradas como la contaduría o la administración. “Estos nuevos modelos empiezan a extenderse a nuevas industrias y nuevos roles”, afirmó.
Para ella, lo más importante es comprender que no se trata de un sistema ideal, sino de un modelo más dentro de un ecosistema laboral amplio. “El desafío es entender cómo van conviviendo con los modelos actuales y cómo cada uno puede ir configurando su carrera profesional”, concluyó.