La expectativa de la agenda económica gira en torno a una posible baja de la tasa de interés por parte del Banco Central, la cual viene aparejada con una inflación estimada en un porcentaje por debajo del 2% y a eso se le agregan los vaivenes cambiarios como el desarme del cepo. En ese sentido, este medio se contactó con el economista, Aldo Abram.
Sobre la posible baja en la tasa de interés, Aldo Abram considera que debe tomarse con prudencia. "La tasa ha quedado muy elevada respecto a la inflación, pero reducirla demasiado podría incentivar a la gente a deshacerse de los pesos y presionar sobre el dólar paralelo", advirtió. También señaló que el ajuste en el Crawling Peg, con una devaluación mensual del 1% en lugar del 2%, obliga al Banco Central a absorber más pesos para sostener el esquema.
Optimismo en el índice de inflación para 2025
Abram es optimista sobre la evolución de la inflación y proyecta que en febrero podría ubicarse "cerca del 1,5%". Considera que la meta del Gobierno de mantenerla por debajo del 2% durante el resto del año es viable, siempre que se maneje la política monetaria con disciplina.
Atraso cambiario y la salida gradual del cepo
Sobre el dólar, el entrevistado reconoció que existe cierto atraso cambiario, pero no en los niveles extremos que algunos analistas sugieren. "Hay un atraso, pero no del 60% como dicen algunos. Podría ser del 10% o 15%", explicó. En este sentido, destacó que la estrategia del Gobierno es salir del cepo cambiario en etapas, primero unificando el mercado de cambios y luego eliminando regulaciones.
Un punto clave es el impacto en la industria y el empleo. Abram sostuvo que, "la unificación cambiaria eliminará la discusión sobre el atraso cambiario y permitirá que el tipo de cambio se ajuste libremente". Sin embargo, reconoció que algunos sectores industriales podrían enfrentar dificultades: "Aquellos que hasta ahora se beneficiaban de un dólar alto o de restricciones a la importación deberán adaptarse a la nueva realidad. Si no pueden competir, deberán innovar, bajar costos o cambiar de rubro".
El economista también criticó la protección excesiva a ciertos sectores, señalando que "no puede ser que en Argentina se pague dos o tres veces más por algunos productos que en otros países debido a restricciones artificiales". Para Abram, estas barreras encarecen la vida de los ciudadanos y perjudican a los exportadores, afectando la competitividad general del país.