La muerte del Papa Francisco irrumpe en un momento de relativa calma cambiaria en Argentina. Para hablar sobre este contexto, Canal E se comunicó con el analista Gustavo Damián González, quien mencionó que, "ha pasado una semana, en términos financieros y macroeconómicos, de las mejores semanas del gobierno nacional". Sin embargo, este clima fue rápidamente eclipsado por la noticia del fallecimiento del Papa, que no solo conmueve a los fieles sino que también toca fibras políticas y culturales profundas.
Un Papa que marcó época
“La verdad, estamos siendo protagonistas de algo que realmente es histórico”, reflexionó González. El Papa Francisco, es recordado no solo como el primer pontífice argentino y americano, sino también por haber tomado las riendas de una Iglesia atravesada por crisis internas. “Ha dejado una impronta insustituible para aquellos que son católicos y para aquellos que no lo son”, subrayó el especialista.
Francisco asumió su papado en medio de escándalos de pedofilia, una pérdida sostenida de fieles y tensiones ideológicas dentro de la curia. “Con esos bemoles, lo que va a quedar es un Papa argentino, un Papa americano, un Papa que dejó una impronta sobre la interculturalidad, sobre temas de agenda de medio ambiente”, destacó González.
Reacciones del gobierno argentino
A pesar de los roces entre el Papa y Javier Milei, quien lo llamó “el representante del maligno en la Tierra”, el Gobierno reaccionó con respeto tras su fallecimiento. “Fue muy respetuosa hoy la reacción del presidente y del gobierno en general para con el Papa. Sentidas, te podría decir”, comentó González. De hecho, el presidente ha confirmado su viaje al Vaticano y se decretaron siete días de duelo nacional.
La figura del Papa como símbolo global
Más allá de las tensiones políticas, González insiste en que la figura del Papa trasciende ideologías. “Una persona de 88 años que estaba pensando en el rol bioético de la inteligencia artificial”, ilustra. Su legado, dice, quedará grabado no solo por su origen argentino, sino por haber representado “un cierto progresismo en la Iglesia Católica”, pese a las resistencias internas.
Para finalizar, González agregó: “El Papa ha sido argentino, con la impronta de un Papa argentino”.