El mercado de las gafas inteligentes busca reinventarse y obtener un mayor número de ventas, ya que en la actualidad los precios son muy elevados y no resultan accesibles para todos los consumidores. Con el fin de ampliar este panorama, Canal E se contactó con el especialista en desarrollo tecnológico, Carlos Pallotti.
Desde los Google Glass hasta los modelos recientes desarrollados por Meta, las gafas inteligentes han buscado integrar nuevas formas de interacción con los usuarios. "La idea es reducir la dependencia del celular y ofrecer acceso rápido a información a través de interfaces más intuitivas", explicó Carlos Pallotti. Sin embargo, la tecnología aún enfrenta desafíos en términos de costos, prestaciones y aceptación del usuario.
Uno de los desarrollos más recientes involucra un dispositivo similar a un protector bucal que permite controlar ciertos dispositivos mediante el movimiento de la lengua. "Es poco práctico por ahora, pero demuestra cómo se buscan nuevas formas de interacción", comentó.
El costo de las gafas inteligentes limitan las ventas en grandes cantidades
El alto precio de estos dispositivos sigue siendo un obstáculo para su masificación. "Actualmente, un par de gafas inteligentes cuesta entre 150 y 250 dólares, lo que las hace inaccesibles para muchos consumidores", indicó Pallotti. Además, muchas de sus funciones pueden ser reemplazadas por smartphones, lo que limita su atractivo.
Uno de los usos potenciales más interesantes es la identificación de personas en tiempo real mediante bases de datos. "Imaginen que están en un evento y las gafas les recuerdan el nombre de alguien que conocen, pero no recuerdan cómo se llama", ejemplificó el entrevistado. Sin embargo, estas aplicaciones generan preocupaciones sobre privacidad y seguridad.
Qué se necesita para utilizar unas gafas inteligentes
Otro aspecto crucial es la seguridad y la compatibilidad con otros dispositivos. "Las gafas inteligentes actuales no tienen gran capacidad de procesamiento, sino que funcionan conectadas a un smartphone", aclaró Pallotti. Esto significa que dependen de una buena conectividad y aplicaciones externas para su funcionamiento.
En cuanto a su uso en la vida cotidiana, el especialista en desarrollo tecnológico señaló que los modelos actuales están diseñados principalmente con lentes ahumados, sin incorporación de graduaciones específicas. "Aún no están listas para reemplazar por completo los anteojos tradicionales", dijo.
A pesar de los intentos fallidos, Pallotti cree que la evolución de la inteligencia artificial y la interacción con dispositivos como Alexa podría dar un nuevo impulso a esta tecnología. "Estos dispositivos están pensados para facilitar el acceso a la información sin utilizar las manos", destacó.