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Fatiga por zoom: por qué ocurre y cómo evitar que suceda

Diversos estudios coinciden en que las reuniones por internet pueden provocar una serie de trastornos, que van desde dolores de cabeza hasta irritabilidad emocional.

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Kalenok, sobre la fatiga por zoom: "Se sugiere reducir el tamaño y la longitud de las reuniones | Télam

El uso excesivo de reuniones virtuales combinado con la falta de optimización de procesos, dio lugar a un fenómeno en muchos empleados llamado ‘Fatiga de Zoom’, que provoca un agotamiento mental en quienes trabajaban de forma remota.

De qué se trata la fatiga por zoom

Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Ayelén Kalenok, especialista en Relaciones Laborales, quien explicó que la fatiga por zoom, aunque se asocia comúnmente con esta plataforma, “puede aplicarse a cualquier herramienta de videoconferencia utilizada por trabajadores remotos”. 

Según la entrevistada, a nivel global, se están llevando a cabo numerosos estudios sobre el impacto del uso excesivo de estas plataformas de comunicación. La investigación revela que el tiempo prolongado en reuniones virtuales “no solo afecta la salud de los empleados, sino también su productividad, con resultados que demuestran un impacto negativo significativo en el desempeño laboral”, agregó.

Cómo repercute en la actividad productiva

En continuidad con el tema, los estudios indican que la fatiga puede reducir la productividad en hasta un 30% en comparación con aquellos que no participan en tantas reuniones o que distribuyen sus llamadas a lo largo del día. “La necesidad de mantener una alta concentración durante las videoconferencias prolongadas puede ser insostenible, ya que la atención y la concentración tienden a disminuir con el tiempo”, añadió.

Cómo combatir estos excesos de comunicación

En cuanto a los mecanismos para mitigar estos efectos, Kalenok explicó que es importante que las compañías reconsideren la frecuencia y la duración de las reuniones virtuales. “Se sugiere reducir el tamaño y la longitud de las reuniones, y utilizar otros canales de comunicación según el rol y la situación, como llamadas telefónicas o correos electrónicos”, remarcó.

En ese sentido, la especialista mencionó que esta estrategia puede ayudar a disminuir la cantidad de reuniones y la duración de cada una, “mejorando así la experiencia general de los empleados”. Y recalcó que es fundamental que las empresas adapten sus prácticas a la nueva realidad del trabajo remoto, equilibrando la necesidad de comunicación con el bienestar de sus empleados. 

Para cerrar, Kalenok, dijo: “A medida que el trabajo se integra más en los hogares de las personas, es vital encontrar formas de evitar el agotamiento y mantener un ambiente laboral saludable”.