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Economía nacional

Crecen las dudas sobre "la sostenibilidad de este superávit comercial en los próximos meses"

El economista Gastón Alonso analiza el saldo comercial de enero de 2025 y las implicancias para la economía argentina, señalando preocupantes incrementos en las importaciones y los desafíos para las exportaciones locales.

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Pesos argentinos | Noticias Argentinas

En enero de 2025, Argentina registró un superávit comercial, aunque el saldo positivo se redujo considerablemente en comparación con meses anteriores, lo que refleja los complejos retos que enfrenta el país en su intercambio comercial.

Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista Gastón Alonso, quien expresó que el intercambio comercial de Argentina en enero de 2025 arrojó un saldo positivo de 142 millones de dólares, extendiendo a 14 meses consecutivos la tendencia de exportaciones mayores a importaciones.

Sin embargo, el entrevistado advirtió que este saldo es el más bajo desde que asumió el nuevo gobierno, comparado con los más de 1.000 millones de dólares de superávit de diciembre del año anterior. “A pesar de la cifra positiva, el aumento del 24.6% en las importaciones, como lo reveló el último informe del INDEC, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de este superávit en los próximos meses”, agregó.

Las importaciones y su relación con la actividad económica

Alonso explicó que el crecimiento de las importaciones está estrechamente vinculado a la actividad económica interna. “Cuando la actividad económica cae, las importaciones también lo hacen, porque las empresas no necesitan insumos ni bienes de capital”, señaló.

Sin embargo, con la reciente recuperación parcial de la actividad económica, las importaciones han vuelto a incrementarse, lo que podría afectar el saldo comercial si las exportaciones no crecen al mismo ritmo.

El impacto de las retenciones en las exportaciones

A partir de febrero de 2025, el gobierno implementó una reducción temporal de las retenciones para estimular la liquidación de divisas del sector agropecuario. No obstante, Alonso indicó que los primeros datos sugieren que no se ha registrado una aceleración significativa en las exportaciones como se esperaba.

A pesar de las expectativas generadas por la baja de retenciones, la liquidación no ha aumentado de manera notable, lo que podría complicar el panorama comercial en los próximos meses.

Desafíos para las exportaciones hacia Estados Unidos

Uno de los factores que podría complicar aún más el intercambio comercial es la reciente imposición de aranceles más altos por parte de Estados Unidos a las exportaciones de aluminio y acero, que podría afectar negativamente a sectores clave en Argentina.

Aunque la relación entre los presidentes de ambos países había generado expectativas de una excepción para Argentina, el presidente Trump rechazó esta posibilidad, citando el superávit comercial que Argentina ha mantenido con Estados Unidos en el último año.
Este nuevo escenario pone en riesgo a empresas argentinas como Aluar y Techint, que dependen en gran medida del mercado estadounidense.

Impacto de la triangulación y el atraso cambiario

Alonso también destacó la posibilidad de que China pueda adquirir acero argentino para luego revenderlo a Estados Unidos, lo que permitiría sortear los nuevos aranceles. Sin embargo, este esquema implicaría vender a China a precios más bajos, lo que afectaría tanto las exportaciones como el flujo de divisas al país.

Además, el atraso cambiario, con un dólar cada vez más devaluado en Argentina, también juega un rol clave en la dinámica del comercio internacional. “El atraso cambiario desestimula las exportaciones y, a su vez, impulsa las importaciones”, explicó Alonso.

Perspectivas y desafíos para el futuro cercano

El economista concluyó destacando que las importaciones seguirán siendo un desafío en el corto plazo, dado el crecimiento de la actividad económica, que impulsa la demanda de bienes intermedios, capital y de consumo.

Además, advirtió sobre el impacto de un posible aumento de las importaciones de vehículos y bienes de consumo, lo que podría erosionar aún más el saldo comercial y poner en peligro la reactivación de la economía local.