El ministro de Producción chaqueño, Pablo Dudik, pasó por Canal E y se refirió al avance explosivo de palomas, cotorras y torcazas que están devastando cultivos en el Chaco y el norte de Santa Fe.
“Este problema existía hace 25 años cuando fui ministro, y hoy el impacto es grande porque nunca hubo un programa para abordarlo”, planteó Pablo Dudik. Según desarrolló, después de la sequía extrema y el posterior regreso de las lluvias, los productores se volcaron masivamente a trigo y girasol por costos y condiciones climáticas. Ese cambio generó un escenario perfecto para la plaga.
Cambios en la alimentación de las palomas
Sobre la misma línea, explicó que, “la paloma estaba acostumbrada a alimentarse de otra manera, producto de que había cultivos de algodón u otros cultivos, y hoy se encuentra con un alimento a disposición y en condiciones inmejorables a su mano”.
Dudik destacó que la presión de las plagas provocó estragos en zonas puntuales: “Sin lugar a dudas hay lotes que van a tener pérdida entre un 50 y un 60%, y en algún lote hasta un 70%”. Asimismo, relató el caso extremo de un productor de Santa Sylvina: “Arrancó con un rinde de 3.500 kilos y el jueves terminó con 800 kilos y terminó el lote”.
Todavía no hay una medida clara para combatir el problema
A su vez, admitió que no existe una solución inmediata: “Me siento impotente, no tengo una medida para aplicarla y solucionar de un día para el otro el problema”. Pero sí anunció la puesta en marcha de un programa integral en el que trabajará un ingeniero designado a campo hasta diciembre del año próximo: “Acabo de firmar una resolución donde instruyo y genero un programa provincial integral y designo un responsable”.
El entrevistado advirtió que el riesgo es estructural para toda la región: “Corremos el riesgo de no poder sembrar girasol, porque se la van a llevar las palomas, y no vamos a poder hacer sorgo ni maíz”. Y agregó: “Va a perder el Chaco, va a perder Santa Fe, va a perder el país”.
Por otro lado, informó que ya hubo reuniones ampliadas con productores, INTA, universidades, ingenieros agrónomos, ambientalistas y clubes de caza. “Invitamos a todos para que pongamos los pies en la tierra”, comentó.