En medio de un mercado de carne fluctuante, Ariel Morales, coordinador federal de CAMyA, explicó a Canal E cómo la escasa oferta de hacienda y las políticas económicas actuales impactan los precios y el consumo en Argentina.
El consumo bajo y la escasa oferta impulsan los precios
Según el entrevistado, a pesar de la caída en el consumo de carne, la falta de oferta sigue impulsando el precio. Ariel Morales sostuvo que la situación actual es un claro ejemplo de cómo la ley de oferta y demanda afecta el valor de la carne.
Aunque el consumo haya disminuido, "la hacienda aumenta porque hay una faltante de oferta mayor a la demanda", explicó el entrevistado y añadió que esto se debe a la falta de terneros livianos y hacienda bien definida que está en escasez.
El dólar y la carne: una realidad compleja
La relación entre el valor de la carne y el dólar también es clave. Morales destacó que, aunque el dólar esté estable, "la carne llega a un valor en dólares muy alto".
Históricamente, el precio se encontraba entre 6 y 7 dólares el kilo, pero hoy se sitúa entre 11 y 12 dólares. A pesar de la valorización del peso, la carne sigue siendo cara en términos de dólares, lo que refleja los altos costos internos del sector.
La falta de políticas de incentivo al productor
Una de las principales preocupaciones de Morales es la falta de incentivos para los productores. "No tenemos ni desde la política, ni de los institutos, ni de los ministerios, que incentiven a que se engorde más hacienda", afirmó.
Esta carencia de políticas ha llevado a una baja en el stock ganadero, un problema que se arrastra por años y que, según el especialista, persiste por falta de acciones urgentes. La intervención estatal con incentivos, como la reducción de impuestos, podría ser una solución clave para aumentar la producción.
El futuro de la carne: un panorama incierto
Mirando hacia el futuro, Morales fue cauteloso pero optimista. "Para mitad de año, cuando empiece la zafra de terneros, podremos ver una mayor salida de terneros", aseguró. Sin embargo, no hay certezas, ya que las políticas macroeconómicas y la relación entre consumo y oferta seguirán siendo factores determinantes.
Si la oferta aumenta ligeramente y el consumo se mantiene, es posible que los precios se estabilicen, "pero no a la baja", advirtió.
Además, la dependencia del maíz y los derivados de la soja en la alimentación del ganado, junto con los altos costos de energía, podría seguir empujando los precios hacia arriba, complicando aún más la situación para los consumidores y productores.
Para finalizar, Morales agregó: “Si no se actúa pronto, la situación podría empeorar, y los precios seguirán siendo una preocupación para los consumidores y el sector productivo en el futuro cercano”.