Donald Trump, ahora en su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, está llevando adelante una agenda radicalizada y cargada de proteccionismo económico, como se evidenció en su reciente discurso en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
Para analizar esta situación, conversamos en Canal E con Nicholas Carver, analista internacional, quien nos brindó un panorama detallado sobre las políticas del mandatario estadounidense y sus implicancias globales.
Un liderazgo más agresivo y focalizado
Según Carver, el discurso de apertura de Trump en Davos dejó clara su intención de mantener una postura dura en materia migratoria y económica. Además, destacó el enfrentamiento directo del presidente con líderes de instituciones financieras globales, como Blackstone, Bank of America y Santander, exigiendo ajustes que favorezcan a Estados Unidos.
“Trump responde bien a líderes fuertes”, comentó Carver, haciendo referencia a cómo elogió a Ana Botín, presidenta de Santander, por la expansión de su banco en territorio estadounidense. Sin embargo, este enfoque agresivo no se limita al ámbito financiero. También se extiende a sus relaciones internacionales, en las cuales busca renegociar acuerdos bilaterales con países clave, dejando de lado los bloques económicos.
Relación con América Latina y Argentina
En cuanto a América Latina, Carver afirmó que esta región no figura como una prioridad en la agenda internacional de Trump, aunque reconoció su buena relación con el presidente argentino, Javier Milei. Esta afinidad podría traducirse en acuerdos bilaterales, aunque con ciertas reservas:
“Trump no regala nada. Por más que haya admiración mutua, cualquier acuerdo implicará que Estados Unidos pida algo a cambio”, subrayó Carver.
Asimismo, señaló que Trump podría utilizar su influencia en organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para facilitar las negociaciones de Argentina, pero estas acciones estarían condicionadas por intereses estadounidenses específicos.
Un gobierno relanzado y más radical
La nueva presidencia de Trump, calificada por Carver como “radicalizada y recargada”, se caracteriza por un enfoque más personalista y menos institucional. Esto se refleja en la composición de su gabinete, integrado por figuras cuya principal cualidad es la lealtad hacia el mandatario.
Además, Trump se presenta como una víctima de persecución judicial, utilizando este relato para consolidar su base de apoyo. Entre sus primeras acciones, incluyó el indulto de 1.600 personas relacionadas con la toma del Capitolio en 2021, mostrando su intención de polarizar aún más el escenario político interno.