En función de analizar el contexto desafiante que tendrá que enfrentar el agro, además de la proyección sobre alcanzar 80.000 hectáreas sembradas en la siguiente campaña, este medio se puso en comunicación con el gerente general de ADBlick Granos, Santiago del Carril, quien explicó las claves detrás del modelo que busca una rentabilidad del 9% basada en eficiencia, diversificación y gestión del riesgo.
“El primer paso clave que la agropecuaria debe tener es un buen presupuesto, una buena planificación de plan de siembra, apuntando hoy a una eficiencia productiva y en términos económicos financieros es clave”, sostuvo Santiago Del Carril. A esto se suma una estrategia de expansión territorial: “Estamos apuntando a este año crecer en el plan de siembra más o menos unas 10.000 hectáreas, fundamentalmente en lo que es el sur de Santa Fe, noroeste de la provincia de Buenos Aires y sur de Córdoba”.
El objetivo es diversificar zonas y cultivos: “Queremos también apuntar a zonas nuevas y a zonas con techos de rendimiento más altos”, en particular con soja y maíz, además del trigo, cebada y girasol que ya cultivan.
Factor climático y relación de precios
Uno de los principales desafíos es el clima. “El negocio nuestro es un negocio de cielos abiertos, y ahí hay una exposición”, reconoció Del Carril. Pero aclaró que, “nosotros tomamos cobertura de riesgo con seguros en el 100% del área, con lo cual, eliminamos de alguna manera en una parte sustancial ese riesgo climático”. Además, señaló que la diversificación geográfica ayuda a mitigar este tipo de impacto.
Respecto al mercado de granos y costos, comentó: “El agro en general, y en la Argentina en particular, viene de dos años complejos en términos de márgenes”. A pesar de los precios en baja, explicó que, “la relación de precios e insumos no es mala, estás en una relación relativamente positiva”.
La importancia de la eficiencia
Para el entrevistado, la eficiencia vuelve a ser la clave: “Hoy es la única manera que el agricultor tiene forma de lograr un margen”. En ADBlick, aproximadamente “el 75% de nuestro capital está alojado en el negocio de siembras”, y el resto se diversifica en cadena de valor de insumos y servicios a productores, lo que permite reducir riesgos.
La comparación con otros instrumentos financieros no es sencilla. “Hoy ese es el desafío que tiene el sector”, admitió, y sobre las inversiones que rinden en dólares: “Cómo se compite es midiendo cada gasto y cada inversión que uno hace en los costos, siendo súper eficiente”.
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