La inminente asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos implica una revolución a nivel global en cuanto a la forma de relacionarse que tienen los distintos países y eso no es ajeno a Argentina, sobre todo por la relación que busca tener Javier Milei, además de la implicancia que tiene el negocio con China con respecto al swap. Ante este panorama, este medio se puso en contacto con el analista internacional, Alejandro Laurnagaray.
Alejandro Laurnagaray destacó que el segundo mandato de Donald Trump marca formalmente el inicio de un sistema multipolar, donde el poder se distribuye entre diversos bloques como Rusia, China y Medio Oriente. “Estados Unidos ya no puede determinar los destinos del mundo de manera unilateral”, afirmó. Este nuevo esquema promueve la competencia acompañada de diálogo, alejándose de la enemistad abierta que caracterizaba a la visión demócrata.
Se afianza la competencia entre China y Estados Unidos
China emerge como el principal competidor de Estados Unidos en ámbitos como tecnología, comercio y exploración espacial. Aunque las tensiones se intensifican en regiones como Taiwán y la península de Corea, Laurnagaray subrayó que la relación actual se mantiene en el terreno de la competencia estratégica y no de una enemistad declarada.
Argentina y su alineamiento con Estados Unidos
Con respecto a la relación entre Argentina y Estados Unidos, el entrevistado destacó que los sectores energético, minero y agroexportador podrían beneficiarse de un alineamiento automático con Washington. Sin embargo, advirtió que esta estrategia también implica riesgos significativos: “Argentina está entrando en una nueva etapa de extractivismo en recursos naturales y financieros, lo que podría profundizar su dependencia económica”.
El analista internacional también criticó la decisión de no ingresar al bloque BRICS, calificándola como una oportunidad pérdida para diversificar alianzas internacionales y fortalecer vínculos con China y Rusia. En su opinión, el alineamiento exclusivo con Estados Unidos podría traducirse en represalias de otros polos de poder, como un congelamiento de inversiones destinadas a Argentina en favor de países como Brasil.
La influencia de China en las reservas del Banco Central
A pesar del discurso oficial, Laurnagaray enfatizó la creciente influencia de China en la economía argentina, particularmente a través del swap que representa una porción considerable de las reservas del Banco Central. “Cuando estás endeudado con un país, generas dependencia, más allá de cualquier discurso político”, puntualizó.
El analista también mencionó el aumento de las importaciones de productos terminados chinos, una tendencia que, si bien puede reducir precios a corto plazo, podría impactar negativamente en la industria local y el empleo en el mediano plazo. “Una política basada en exportar recursos primarios e importar productos industrializados genera un desequilibrio económico insostenible”, afirmó.