Las expectativas de inflación para 2025 apuntan a una desaceleración significativa. Expertos estiman que, a partir de febrero, la inflación podría estabilizarse en torno al 2% mensual, impulsada por el control de la política monetaria y la reducción del financiamiento del gasto público.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista Aldo Abraham quien contó que el mes de octubre suele registrar una inflación algo menor que la de los meses anteriores y posteriores, lo que hace que sea lógico esperar una ligera suba en noviembre, e incluso en diciembre.
Cuáles son las expectativas de inflación para los próximos meses
Según el entrevistado, este fenómeno se debe a un efecto estacional, ya que, aunque hay una tendencia a la desaceleración de los precios, “la inflación en estos meses tiende a repuntar levemente”. Y agregó: “Se estima que noviembre podría rondar el 3%, y diciembre podría mantenerse en niveles similares”.
En continuidad con el tema, Abram mencionó que, “hay cierta confianza en que a partir de febrero de 2025 comenzaremos a ver una inflación más baja, con una tendencia predominantemente hacia el 2%, e incluso con algunos meses cercanos al 1%”. Y remarcó que esto estará vinculado al proceso de desaceleración de los precios, que se debe principalmente a la recuperación del control de la política monetaria por parte del Banco Central
Qué sucedió con los sectores donde hubo mayores aumentos
En cuanto a los sectores con mayores aumentos de precios, el economista aseguró que son aquellos que estaban sujetos a regulaciones o tarifas de servicios públicos y que, “durante la gestión anterior, para evitar que se notara el impacto de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, se trató de mantener estos precios por debajo de la inflación, es decir, por debajo de los costos de las empresas que los proveían”, mencionó. Y siguió: “En algunos casos, esto llevó a fuertes pérdidas, como ocurrió en los sectores de salud y educación”.
Cuáles son los próximos objetivos del gobierno
Al ser consultado sobre el desafío actual del gobierno, el economista sostuvo que es continuar equilibrando los ingresos y los gastos del sector público, “lo que ha generado importantes beneficios para la economía argentina porque ha permitido reducir la inflación al dejar de recurrir a la emisión monetaria para financiar el gasto público y porque ha facilitado el crecimiento de los depósitos y el crédito privado”.
Para finalizar, Abram agregó: “Esta situación se debe a que el Estado ya no está demandando, en términos netos, lo que ha abierto espacio para que el crédito fluya hacia la economía real”.