En medio de la revelación de los desembolsos que recibiría Argentina por medio del Fondo Monetario Internacional, el consumo se encuentra en un momento crítico, con el 75% de la población sin poder de compra y una pérdida del poder adquisitivo cercana al 30% en el primer año de Javier Milei. En relación a este tema, este medio se puso en contacto con el director de la Unión de Usuarios y Consumidores, Claudio Daniel Boada.
Claudio Daniel Boada analizó la caída del consumo en el primer trimestre del año y cuestionó la estrategia económica del Gobierno. "La caída del consumo es una consecuencia lógica de este programa económico. Hay una pérdida de la capacidad adquisitiva del 30% en el primer año de Gobierno", afirmó.
Boada destacó que, aunque la inflación mostró una desaceleración, "debemos preguntarnos a costa de qué se logra esta reducción". Luego, manifestó que, "cuando se habla de secar la plaza o enfriar la economía, significa sacarle consumo a la gente, quitarnos el dinero del bolsillo".
Venta de dólares: una variable para sobrevivir
Además, el entrevistado señaló que, "muchos sectores medios están vendiendo los dólares que tenían de ahorro para subsistir". Esta situación afecta directamente a los comercios y proveedores de bienes y servicios, que se ven obligados a bajar los precios. "Es ahí donde se ve la caída en el ritmo inflacionario, pero esto no significa una mejora real en la economía", aclaró.
Desde la visión de las asociaciones de consumidores, Boada remarcó que, "la reducción de la inflación se está logrando a costa de que no tengamos plata para consumir". A su vez, agregó que, "con los altos niveles de pobreza y la caída de los sectores medios, hoy el 75% de la población no tiene capacidad de consumo".
"Este plan, tal como está diseñado, desde la microeconomía que manejamos todos los días, no sirve si no tenemos poder adquisitivo", sentenció.
FMI y el riesgo de una devaluación
Sobre el reciente envío de fondos por parte del Fondo Monetario Internacional, el director de la Unión de Usuarios y Consumidores expresó su preocupación: "Si se genera una tensión con la devaluación, cada devaluación va a precios, claramente". En la misma línea, explicó que, en este escenario, "todos los procesos devaluatorios son negativos porque implican una transferencia de recursos de los sectores bajos y medios hacia las grandes corporaciones económicas y financieras".
Sin embargo, sobre las condiciones impuestas por el FMI, Boada reconoció que, "muy pocos conocen los números concretos". "Cuando se aprobó en el Congreso, no se especificó cuánto dinero se pedía, cómo se devolvería ni para qué se utilizaría. Nos enteramos de estas cuestiones a través de los medios", agregó.