El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, mantuvieron una reunión en Corea que podría marcar el inicio de una nueva etapa en la relación entre las dos potencias mundiales. El encuentro, que se extendió por más de una hora y media, fue presentado por Washington como un “logro extraordinario”, mientras que Pekín prefirió hablar de “conversaciones constructivas”.
En el programa "Bienvenidos al tren" de Bravo TV, el conductor Juan di Natale conversó con el historiador y sinólogo Francisco Taiana, quien interpretó el encuentro como “una tregua en una competencia geopolítica que ya lleva más de 15 años”.
“Estados Unidos y China vienen sosteniendo una rivalidad cada vez más acelerada. Esta reunión no resuelve los problemas de fondo, pero busca bajar los decibeles de un conflicto comercial que es destructivo para ambos”, explicó Taiana.
El especialista detalló que, según Trump, el acuerdo incluiría la reanudación de las compras chinas de soja estadounidense y la revisión del monopolio chino sobre las llamadas “tierras raras”, materiales esenciales para la industria tecnológica global. No obstante, desde Pekín se mostraron más prudentes y aclararon que las conversaciones continuarán en abril.
Contexto regional y proyección global
La reunión se produjo en el marco de una gira asiática de Trump, que incluyó visitas a Japón y Corea del Sur. En ese contexto, el acercamiento con Xi Jinping buscó mostrar señales de distensión en medio de un clima de competencia económica y militar.
Taiana subrayó que “China es un país colosalmente poderoso, pero con una proyección de poder limitada. No está en condiciones de emprender invasiones, aunque sí puede redefinir el equilibrio de fuerzas en Asia, especialmente en torno a Taiwán”.
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Sobre la posibilidad de un conflicto bélico directo entre ambas naciones, el experto fue cauto: “Hay hipótesis de conflicto, pero ninguna de las partes quiere llegar a una guerra abierta. Sin embargo, la historia demuestra que los conflictos pueden desatarse incluso sin que nadie lo desee”, advirtió.
Impacto para América Latina y Argentina
Consultado sobre las consecuencias para América Latina, Taiana señaló que “Washington mantiene una política activa para limitar la influencia china en el hemisferio occidental”. En el caso argentino, consideró improbable un cambio profundo en la relación bilateral, aunque destacó que “existe un creciente dinamismo a nivel provincial” en los vínculos con el país asiático.
Finalmente, el especialista recordó que “China es el principal importador de alimentos del mundo” y que, por motivos estratégicos, busca garantizar su seguridad alimentaria ante eventuales bloqueos marítimos.
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