El "Triángulo de Hierro" comienza a oxidarse. Según contó el periodista Franco Lindner en "Desde el Canil", emitido por Bravo TV de lunes a viernes de 18 a 19, la relación entre Santiago Caputo y Karina Milei, dos de los tres vértices que completa el Presidente Javier Milei, "está más que mal", y resumió: “Como dirían los alemanes: el futuro de Caputo está ‘caput’”, en referencia al término de origen teutón que significa "estropeado" o "roto".
La tensión interna en la mesa chica de extrema confianza sobre la que descansa el Presidente viene aumentando desde que Santiago Caputo increpó a Facundo Manes en los pasillos del Congreso Nacional. Por aquel entonces, y luego del discurso proferido por Milei en ocasión de la apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación, Karina dijo sobre Caputo: “Arruinó todo lo bueno que dijo Javier”.
Una escalada del conflicto tuvo lugar poco tiempo después cuando en medio de la grabación televisiva de una entrevista con Jonatan Viale, Caputo interrumpió y pidió cortar la pregunta que el periodista había hecho. Ese corte luego fue filtrado en YouTube y se convirtió en un escándalo. "El suceso profundizó las tensiones" aseguró el Lindner.
"El punto de quiebre definitivo en esta disputa se dio durante el escándalo relacionado con las criptomonedas" aseguró el periodista. Ese mismo viernes, mientras Milei posteaba el tuit sobre la criptomoneda $LIBRA, Caputo intentó defender al presidente utilizando una de sus cuentas extraoficiales —@MileiEmperador—. El asesor, presuntamente sin conocer los detalles, alegó que la cuenta de Milei había sido hackeada. Fue el mismísimo Presidente quien desmintió que le hubiesen pirateado la cuenta, por lo que Caputo "quedó en offside". Karina Milei tomó nota del nuevo yerro.
La liberación de Santiago Caputo
Lo que provocó un mayor malestar de parte de los hermanos Milei fue que Caputo intentara desvincularse del escándalo en sus conversaciones con los medios, al afirmar que no sabía nada sobre el asunto. El intento de tomar distancia del problema fue muy mal recibido, y los reproches internos no se hicieron esperar.
"Pero la guerra no termina ahí", advirtió Lindner. Otro episodio de esta batalla interna se vivió en relación con la Corte Suprema cuando el Presidente designó nuevos jueces mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). El elegido por Caputo, García-Mansilla, fue aprobado, mientras que el candidato impulsado por Karina Milei, Lijo, fue rechazado.
En privado, la Secretaria General de la Presidencia calificó la movida como una “traición”, ya que el juez apoyado por Caputo votó en contra del Gobierno en uno de sus primeros fallos.
La mesa chica sigue siendo un terreno de disputas y enfrentamientos, donde las lealtades e intereses se mantienen en constante tensión.
LB / FPT