El yen amplió su caída el jueves después de que el nuevo primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, sacudiera los mercados de divisas el miércoles al afirmar que la economía no está preparada para otra alza de las tasas de interés y provocara el mayor debilitamiento de la divisa frente al dólar en más de dos años.
La divisa nipona llegó a caer un 0,5%, debilitándose brevemente por encima de 147 por dólar. El miércoles, cayó cerca de un 2% tras el comentario de Ishiba, al que siguieron unas declaraciones igualmente cautas del gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda. Ese descenso supuso la mayor caída diaria del yen desde junio de 2022.
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El debilitamiento del yen se vio acompañado por una venta masiva de bonos del Tesoro tras conocerse un dato del mercado laboral estadounidense mejor de lo esperado, y el rendimiento del bono de referencia a 10 años subió unos 5 puntos básicos, hasta el 3,78%. Después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, afirmara el lunes que la economía estadounidense se mantiene en una base sólida, los operadores han moderado las expectativas de que la Fed realice recortes de gran magnitud de las tasas de interés.
El yen bajo la lupa de los operadores
Los operadores de opciones sobre el yen siguen siendo optimistas con respecto a la divisa para la próxima semana, mes y trimestre, aunque el sentimiento alcista ha disminuido desde principios de septiembre. Los fondos de cobertura, por su parte, siguen en corto con la moneda, pero han recortado las apuestas bajistas en las últimas semanas. El desplome del yen del miércoles sigue a otra caída del 1% dos días antes, que se produjo después de que los comentarios de Powell impulsaran al dólar al alza frente a sus homólogos del Grupo de los 10.
A principios de agosto, los operadores retiraron sus apuestas en divisas financiadas con préstamos en yenes, que ofrecen una tasa de interés más baja que sus pares del G10, cuando el Banco de Japón se dispuso a subir las tasas de interés. La volatilidad se disparó y el yen repuntó inicialmente en medio de la liquidación mundial de las denominadas operaciones de carry trade.
Ahora que es probable que el Banco de Japón se abstenga de subir las tasas, lo que podría perjudicar a la nueva administración, las perspectivas para la moneda japonesa se están deteriorando.
LM
