Los venezolanos se preparan para una grave escasez de gas de cocina después de que una explosión destruyera una planta que abastecía a casi la mitad del país.
La producción de propano se ha desplomado un 97% desde la explosión ocurrida el 11 de noviembre en el complejo de gas Muscar, en el estado de Monagas, según datos a los que tuvo acceso Bloomberg. Se espera que las reparaciones demoren cuatro meses, lo que pone en riesgo el suministro del combustible del que dependen la mayoría de los venezolanos para cocinar y otros usos domésticos.
La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, atribuyó el hecho a extremistas que tenían como objetivo “el corazón del sistema de gas natural del país”. Al menos 11 personas han sido detenidas como parte de lo que calificó de complot para socavar la economía venezolana. El complejo Muscar separa el propano y otros derivados del gas del petróleo, y envía esos combustibles a otros centros que alimentan a industrias de todo el país.
Personas con conocimiento de las labores de reparación en las instalaciones de Petróleos de Venezuela SA dijeron que el incendio fue resultado de años de inversión insuficiente y falta de mantenimiento. La explosión quemó un colector clave y el calor causó daños secundarios a los tanques de productos químicos, controladores y otros sistemas, según señalaron las fuentes que pidieron no ser identificadas por tratarse de información que no es pública.
Un portavoz de PDVSA declinó hacer comentarios.
Venezuela, antaño una potencia energética mundial que bombeaba más de 3 millones de barriles diarios de petróleo de las mayores reservas probadas del mundo, actualmente produce al nivel más bajo de los últimos 80 años. En los últimos años, Venezuela ha tenido que recurrir a aliados extranjeros en Irán y a socios comerciales como la española Repsol y la italiana Eni para ayudar a apuntalar la industria.
La explosión tendrá un “impacto significativo en el suministro interno de combustible para gas de cocina y otros productos”, sostuvo Francisco Monaldi, director de política energética latinoamericana del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston. Las repercusiones incluirán la interrupción de las operaciones de mejora y refinación del petróleo que requieren subproductos, señaló.
Mientras tanto, estados como Táchira, Barinas y Nueva Esparta están tomando medidas para hacer frente a lo que se espera sea una escasez prolongada de propano. Esas medidas incluyen el racionamiento de suministros y la restricción de algunas ventas.
La escasez de gas también está afectando a las industrias, desde plantas de mineral de hierro, aluminio y cemento hasta la red eléctrica.
Escasez de diésel en Venezuela
Otro incendio ocurrido el 10 de noviembre en una planta de coque de petróleo en el Complejo Petroquímico de José está obstaculizando la producción de diésel, declaró Rodríguez, que mencionó el mismo supuesto complot. En los últimos días comenzaron a formarse largas filas de camiones y autobuses en las estaciones de servicio de ciudades como Caracas y Valencia.
En la isla venezolana de Margarita, los residentes han tenido que lidiar con apagones recurrentes que duran hasta 20 horas durante más de dos semanas. Dos centrales eléctricas de la isla se quedaron sin diésel y gasolina.
Un día antes de la explosión del 11 de noviembre, la producción venezolana de gas natural ascendía a 3,7 millones de pies cúbicos de gas por día. Después del accidente, la producción disminuyó un 47%, según datos a los que tuvo acceso Bloomberg. El gobierno no ha publicado datos oficiales sobre la producción y el suministro de gas del país.