El giro de Donald Trump contra Volodímir Zelenski no deja a Ucrania buenas alternativas a medida que se adentra en el cuarto año de la invasión a gran escala de Rusia.
El presidente ucraniano puede intentar seguir luchando contra las fuerzas del Kremlin sin el respaldo del país que había sido su principal aliado y proveedor de armas, confiando en la ayuda que Europa pueda ofrecer. O puede aceptar cualquier acuerdo que Trump pueda alcanzar tras su abrupto acercamiento al presidente ruso, Vladímir Putin.
Durante meses, Zelenski ha intentado mantener un delicado equilibrio entre acercarse a Trump —que prometió un rápido acuerdo para poner fin a la guerra— y defender la exigencia de su nación de que se le incluya en cualquier debate que conduzca a un acuerdo. Ese acto de equilibrio se hizo más difícil la semana pasada, cuando Trump habló por teléfono con Putin y se lo comunicó a Zelenski —y a los aliados de Ucrania— solo después.
Cualquier esperanza que quedara pareció desvanecerse el miércoles cuando Trump, adoptando la narrativa del Kremlin, calificó a Zelenski de “dictador”. Trump advirtió en una publicación en las redes sociales que lo mejor sería que el líder ucraniano se dé prisa para llegar a un acuerdo con Rusia “o no le quedará país”.
Junto con el acercamiento de Trump a Putin, los comentarios parecían marcar un fuerte repudio a años de apoyo estadounidense a Ucrania, aunque pudieran haber sido las últimas tácticas de negociación de Trump. Repitió los ataques en un discurso el miércoles por la noche, acusando a Zelenski de querer prolongar la guerra, una que ha devastado su país y matado a decenas de miles de personas.
Algunos de los partidarios de Kyiv en el Congreso calificaron sus declaraciones de traición y los aliados atónitos de Europa ofrecieron su apoyo a Zelenski. Pero hubo pocas señales de una acción concreta para frenar las prisas de Trump por llegar a un acuerdo.
“Una capitulación forzada de Ucrania significaría una capitulación de toda la comunidad de Occidente. Con todas las consecuencias que ello conlleva”, escribió el primer ministro polaco, Donald Tusk, en las redes sociales. “Y que nadie finja que no lo ve”.
Los funcionarios estadounidenses defendieron el enfoque de Trump.
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“El presidente Trump está llevando esto muy rápido”, dijo el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, en Fox News. “A algunas personas puede que no les guste el orden en que está sucediendo, pero hay que hablar con ambas partes para que ambas partes se sienten a la mesa, y eso es lo que estamos haciendo”.
Waltz fue uno de los tres altos funcionarios que Trump envió a Arabia Saudita para mantener conversaciones el martes con sus homólogos rusos, sin Ucrania ni aliados europeos. Trump dijo el martes que cree que podría reunirse con Putin en una cumbre antes de fin de mes. Sin embargo, hasta ahora no ha tomado ninguna medida pública para cortar el apoyo restante a Ucrania.