El presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos responderá a las contramedidas de la Unión Europea contra sus nuevos aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio, lo que aumenta el riesgo de una mayor escalada en su guerra comercial global.
“Por supuesto que voy a responder”, respondió Trump el miércoles al ser consultado por periodistas en la Casa Blanca si tomaría represalias. “El problema es que nuestro país no respondió. Mire, la UE se creó para aprovecharse de Estados Unidos”.
Trump promete una respuesta a los aranceles de Europa
Trump no especificó qué medidas tomaría. Los aranceles a los metales impuestos por el presidente estadounidense, que entraron en vigor el miércoles, provocaron represalias inmediatas por parte de la UE y Canadá, y llevaron a otros países a intensificar las negociaciones con la administración Trump para eliminar los impuestos a las importaciones.
La Comisión Europea ofreció la reacción más contundente hasta el momento a la última ofensiva comercial de Trump. Lanzó “contramedidas rápidas y proporcionadas” sobre las importaciones estadounidenses, restableciendo derechos compensatorios de 2018 y 2020 y agregando una nueva lista de productos industriales y agrícolas, los cuales afectarán a exportaciones de productos estadounidenses por hasta €26.000 millones (US$28.400 millones), lo que equivale al impacto económico de los aranceles estadounidenses, sostuvo la UE.
“Lamentamos profundamente esta medida”, expresó en un comunicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Los aranceles son impuestos. Son perjudiciales para las empresas y aún peores para los consumidores”.
Canadá también anunció el miércoles aranceles del 25% sobre unos 30.000 millones de dólares canadienses (US$20.800 millones) en productos fabricados en EE.UU. La medida afectará al acero y al aluminio, así como a otros productos de consumo como computadoras y artículos deportivos. Los nuevos gravámenes igualan a los aranceles “dólar por dólar” de EE.UU. y entrarán en vigor a las 00:01 a.m., hora de Nueva York, del jueves, informó el ministro de Finanzas canadiense, Dominic Le Blanc.
Sin embargo, la medida de Trump provocó amenazas en su mayoría veladas contra las exportaciones estadounidenses, ya que los países, por ahora, optaron por las negociaciones para evitar guerras arancelarias. Esta falta de una escalada rápida y amplia presagia conversaciones complejas en los próximos meses sobre el deseo de EE.UU. de establecer aranceles “recíprocos” diseñados para cada país de forma individual.
Las naciones que buscan negociar con Trump
Cuando se cumplió el plazo de la medianoche sin que se ofrecieran exenciones, los principales productores asiáticos, como Corea del Sur, Taiwán, Japón y Australia, se abstuvieron de tomar represalias inmediatas. El Reino Unido informó que se centraría en “negociar rápidamente un acuerdo económico más amplio”. Brasil también señaló que buscaría negociar una alternativa con la administración Trump antes de considerar medidas de represalia, y México se mostró partidario de esperar hasta que se anuncien nuevos aranceles estadounidenses después del 2 de abril para responder.
China, que no fue blanco explícito de la última andanada comercial, no respondió de inmediato, pero se reunió con ejecutivos de Walmart tras informes de que EE.UU. estaba instando a los proveedores chinos a ayudar a absorber los mayores costos.
Políticamente, la decisión de Trump de ampliar su ofensiva comercial llega en un momento peligroso, cuando han pasado solo siete semanas desde el inicio de su segundo mandato. Su rápido esfuerzo por reconvertir la economía estadounidense en una potencia manufacturera mundial ha sacudido los mercados financieros, asustado a los consumidores, aún atormentados por la inflación de la era de la pandemia, y alimentado los temores de recesión en medio de la creciente incertidumbre para las empresas estadounidenses.
Trump siguió adelante con los aranceles sobre los metales a pesar de una ráfaga de presiones de última hora por parte de actores estadounidenses, incluido Alcoa Corp., el mayor productor de aluminio del país. La empresa advirtió que los impuestos pondrían en peligro decenas de miles de puestos de trabajo, al tiempo que aumentarían los precios para los estadounidenses que ya han visto mermados sus presupuestos familiares.
El presidente actuó con el respaldo de algunos ejecutivos de la industria nacional, que afirman que las medidas proteccionistas podrían aumentar las ganancias de los productores estadounidenses y traer de vuelta los empleos del sector del acero y el aluminio del extranjero.
Los gravámenes al acero y al aluminio forman parte del plan de Trump para construir importantes barreras en torno a la economía estadounidense, medidas que considera necesarias para reequilibrar un sistema comercial global que está “estafando” al país. Sin embargo, su indecisión sobre algunos aranceles ha suscitado dudas sobre su determinación.
La semana pasada, Trump permitió la entrada en vigor de aranceles del 25% sobre Canadá y México relacionados con las drogas ilícitas y la migración, pero a los pocos días anunció una exención de un mes para los productos cubiertos por el tratado comercial de América del Norte. Al mismo tiempo, duplicó un arancel similar sobre China hasta el 20%.
Traducción editada por Paulina Munita.