Rachel Reeves intentó atribuir la fuerte desaceleración de la economía británica a los vientos en contra mundiales, mientras la ministra de Hacienda busca estabilizar las finanzas del Reino Unido con amplios recortes del gasto.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés) espera que el PIB crezca solo un 1% este año, muy por debajo del pronóstico anterior del 2%, según informó Reeves en la Cámara de los Comunes el miércoles como parte de su informe económico de primavera. La funcionaria también esbozó una reducción de £6.000 millones (US$7.700 millones) en el gasto público junto con la rebaja del crecimiento, al tiempo que se comprometió a ceñirse a sus reglas fiscales.
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“No estoy satisfecha con estas cifras”, admitió la ministra sobre las previsiones, afirmando que sus reformas de planificación —un elemento clave de la agenda del gobierno para impulsar el crecimiento— añadirían un 0,2% al PIB al final de la legislatura.
La economía del Reino Unido apenas ha crecido desde que el Partido Laborista obtuvo una aplastante victoria electoral el verano boreal pasado, y los partidos de oposición acusan a Reeves de menospreciar la economía antes de destruir la confianza con más de £40.000 millones en aumentos de impuestos en el presupuesto de octubre.
“Lo que sabe el pueblo británico es que esto es consecuencia de sus decisiones”, señaló Mel Stride, la ministra de Hacienda en la sombra de los conservadores. “Ella es la artífice de su propia desgracia”.
Reeves dijo que el mundo ha cambiado y apuntó a factores internacionales que están pesando sobre el crecimiento. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha trastocado el sistema comercial mundial con aranceles generalizados, mientras que los gobiernos europeos tienen que desviar miles de millones hacia el gasto en defensa debido a que la Casa Blanca ha reducido su apoyo al continente contra la agresión rusa.
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Dudas por las perspectivas económicas del Reino Unido
Aun así, las débiles perspectivas económicas de Gran Bretaña son un golpe para Reeves, que tiene que recortar el gasto público para garantizar el cumplimiento de su regla fiscal clave, que exige que el gasto diario se cubra con los ingresos fiscales en los próximos años.
La ministra se ha visto obligada a actuar debido a que las rebajas del crecimiento y los mayores costos de endeudamiento han borrado el margen históricamente estrecho de £9.900 millones (US$12.800 millones) que se dejó para cumplir la regla en el presupuesto de octubre.
Reeves informó el miércoles que el Reino Unido tendría un déficit de £4.100 millones (US$5.300 millones) en 2029-30 si no hubiera implementado nuevas medidas en su informe económico de primavera. Tras los recortes, el margen se restableció por completo, alcanzando los £9.900 millones, según la OBR.
“No hay nada progresista en que los trabajadores paguen el precio de la irresponsabilidad económica”, dijo Reeves. “Los británicos depositaron su confianza en este gobierno porque sabían que nunca arriesgaríamos las finanzas públicas”.
Traducción editada por Paulina Munita.
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