Por sus peinados, sus redes sociales y sus tácticas contra los adversarios, Donald Trump y el presidente argentino, Javier Milei, parecen cortados por la misma tijera. Pero estilo y sustancia son dos cosas distintas.
El líder sudamericano —con una motosierra en su escritorio— ha demostrado una determinación casi monomaníaca para recortar el gasto, erosionando la red de seguridad y poniendo en riesgo su popularidad política. Hasta ahora, el presidente electo de Estados Unidos no ha hablado de medidas destinadas a reducir el déficit que realmente moverían la aguja, como cambios a la Seguridad Social o a Medicare.
En su lugar, Trump nombró a Elon Musk y Vivek Ramaswamy para que encuentren formas de ahorrar dinero. Su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) se centra principalmente en las reparticiones que podrían cerrarse o reducirse, aunque expertos dicen que una reducción sustancial del déficit requeriría medidas mucho más draconianas.
Tanto Trump como Milei aspiran a desregular el Estado y reducir la burocracia pública, y Ramaswamy presumió en X de tener “una fórmula razonable para arreglar el gobierno de EE.UU.”: recortes al estilo Milei, con esteroides”. Pero es poco probable que el DOGE imite realmente la austeridad generalizada de Milei, en parte porque EE.UU. y Argentina se encuentran en lugares económicos muy diferentes.
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“La gente hace una perezosa analogía con Milei y Trump”, señala Alejo Czerwonko, director de inversiones de UBS AG para mercados emergentes de las Américas en Nueva York. “En la superficie pueden tener similitudes. Pero en detalle, bajo el capó, uno y otro son diametralmente opuestos”.
En los diez meses de gobierno de Milei, la motosierra se tradujo en que su administración detuvo casi el 79% del gasto en proyectos de obras públicas y recortó el gasto en pensiones en un 21,4%, según la corredora local PPI. Redujo 12 ministerios, eliminó más de 30.000 empleos públicos y recortó los fondos destinados a hospitales y escuelas públicas. En el otro extremo, Milei aumentó algunos impuestos para cerrar el déficit fiscal.
Trump, que celebró la “semana de la infraestructura” durante su primer mandato, no ha planteado ningún recorte del gasto en pensiones, obras públicas o salud. Mientras Milei reduce el déficit fiscal de Argentina, se calcula que las propuestas de Trump, incluidos los recortes de impuestos, aumentarán el déficit federal de EE.UU. en US$3 billones en 10 años, según la Tax Foundation.
“En el caso de Milei, hay una obsesión por eliminar el déficit fiscal”, afirma Alberto Ades, director de la firma de asesoría de inversiones NWI Management LP. En EE.UU., “los republicanos tienen una actitud diferente: recortar impuestos primero y preguntar después”.
Mientras Milei se jacta de estar realizando la mayor campaña de austeridad de la historia de la humanidad, Trump siguió gastando más de la cuenta durante su primer mandato. El déficit fiscal de EE.UU. creció al 4,7% a finales de 2019, desde el 3,05%, durante los dos primeros años de Trump en el cargo, poco antes de que el gasto pandémico disparara el déficit hasta el 15,2% a finales de 2020. Milei heredó un déficit del -2,7% en 2023 y lo convirtió en un superávit de más del 1% en lo que va de año.
Trump ya amenaza con imponer aranceles generalizados contra productos de México, Canadá y China, lo que los economistas advierten que podría provocar una nueva ola de inflación en EE.UU. Mientras tanto, Milei está recortando los aranceles en uno de los países más proteccionistas del mundo para frenar una inflación de tres dígitos.
El lunes, las autoridades argentinas eliminaron los aranceles a las importaciones por hasta US$400 para compradores particulares. También busca acuerdos de libre comercio con EE.UU. y la Unión Europea.
“Trump es natural e ideológicamente proteccionista, Milei no”, añade Ades.
Una gran diferencia entre ambos será la cantidad de apoyo parlamentario con los que puedan contar. “Milei tiene una escasa representación en el Congreso y se vio obligado a negociar cada iniciativa con otros partidos políticos”, explica Fernando Losada, director general de Oppenheimer & Co. En EE.UU., el Partido Republicano “tendrá el control total de ambas cámaras del Congreso”, lo que significa que Trump probablemente se enfrentará a menos obstáculos que Milei.
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Algunos economistas señalan que los planes económicos de Trump y Milei serán distintos, dadas las diferentes trayectorias de EE.UU. y Argentina. Trump asumirá el cargo con una tasa de desempleo baja, un crecimiento constante y una inflación que se enfría tras el repunte posterior a la pandemia. Milei, en cambio, heredó una crisis económica desatada que exigió cambios drásticos en la política económica para evitar la hiperinflación.
La política, no las políticas, mantendrá a Milei y Trump alineados, según Pilar Tavella, jefa de investigación de la corredora Balanz, con sede en Buenos Aires.
No es de sorprender que Milei organice un evento en Buenos Aires el miércoles, en el que participará como ponente la copresidenta del Comité Nacional Republicano, Lara Trump, nuera del presidente electo.
“Hay diferencias en las políticas fiscales y comerciales, pero también son países muy distintos que responden a contextos económicos muy diferentes”, afirma Tavella. “Milei quiere alinearse con el mundo occidental como Trump. Y eso es lo más relevante”.