El "superpeso" mexicano tuvo su peor semana en cuatro años
La contundente victoria electoral de Claudia Sheinbaum tuvo un correlato negativo en la moneda de México. La mirada de los especialistas sobre un fenómeno que preocupa.
Bandera de México |
ZENITH LR / Pixabay.
Michael O'Boyle y Maria Elena Vizcaíno
El peso mexicano está concluyendo su peor semana en casi cuatro años luego que un sorpresivo resultado electoral hiciera que los operadores se apresuraran en deshacer una de las posiciones más concurridas en los mercados de divisas mundiales.
El peso se debilitó más de un 5% después de que la inesperada victoria apabullante del partido gobernante en las elecciones al Congreso avivara los temores de que los legisladores pudieran aprobar reformas que erosionarían los controles al poder y aumentarían la interferencia en la economía. En solo una semana, pasó de ser una de las monedas con mejor desempeño de este año a convertirse en una de las peores.
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“Ya no es el riesgo de lo que puedan hacer, es la reacción anticipada a lo que van a hacer”, afirmó Gabriela Siller, economista del banco mexicano Grupo Financiero Base. “Estas reformas van a deteriorar el clima de negocios en México”.
El nerviosismo de los inversionistas en torno a las reformas, que incluyen la sustitución de la actual Suprema Corte por jueces electos y la eliminación de reguladores independientes, quedaron a la vista el jueves, cuando el líder del partido gobernante en la Cámara Baja dijo que los legisladores comenzarán a avanzar en los proyectos de ley en septiembre, incluso antes de que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, asuma el poder. Los comentarios, de los que luego se retractó, hicieron que el peso cayera casi un 3% en cosa de minutos.
La nueva volatilidad está erosionando la calma que ayudó a que el peso fuera una de las principales opciones para las operaciones de carry trade, en las que los inversionistas piden dinero prestado en monedas con tasas de interés más bajas para comprar activos de mayor rendimiento. Una política relativamente estable, tasas altas y proximidad a Estados Unidos hicieron de México una apuesta segura, a medida que el denominado “superpeso” desafiaba repetidamente las predicciones de que se debilitaría.
Los bruscos movimientos reflejan lo masiva que se había vuelto la apuesta por la apreciación del peso. Hasta la semana pasada, los administradores de activos seguían aumentando sus posiciones y elevaron los contratos netos largos sobre la moneda cerca del nivel más alto desde 2022, según datos hasta el 28 de mayo de la Comisión de Comercio de Futuros y Materias Primas de EE.UU. Antes de las elecciones, los estrategas Bank of America señalaron que el posicionamiento era “literalmente el más alto jamás visto”.
Aunque el mercado esperaba que Sheinbaum ganara, pocos previeron que la coalición del partido en el poder obtendría un resultado tan contundente en el Congreso, donde obtuvo una mayoría de dos tercios en la Cámara Baja y se acercó a la misma supermayoría en el Senado. Ese resultado inesperado actuó como una chispa para detonar los sistemas de detención de pérdidas entre la enorme cantidad de apuestas a ganancias del peso.
Llamada con inversionistas
La reacción del mercado también pareció sorprender a Sheinbaum y a la Secretaría de Hacienda de México. En 2018, cuando la victoria del presidente Andrés Manuel López Obrador provocó una reacción similar, su equipo organizó una llamada con inversionistas el lunes por la mañana después de su victoria.
La campaña de Sheinbaum parecía no tener ese plan en marcha cuando el peso se desplomó durante la noche, lo que se sumó a las pérdidas durante el horario comercial de Nueva York. En un intento por calmar los mercados, la presidenta electa anunció el lunes por la noche que el actual secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, permanecería en el cargo. También se enviaron invitaciones a los inversionistas para una llamada programada para el martes por la mañana.
Pero dicha llamada enfrentó muchas dificultades técnicas debido a que hordas de inversionistas abrumaron el sistema. Después de esperar unos 45 minutos para conectarse, el mensaje de Ramírez –que reafirmó el compromiso del nuevo Gobierno con la estabilidad macroeconómica– duró solo un par de minutos y terminó sin abordar las preocupaciones de los inversionistas sobre la agenda legislativa.
“No se habían preparado y creo que fue un error”, dijo Rodolfo Navarrete, jefe de análisis de la corredora mexicana Vector Casa de Bolsa.
Aun así, Navarrete dijo que el peso se recuperará incluso en medio de la mayor volatilidad que se avecina, proveniente no solo del nuevo Gobierno, sino también de las elecciones en EE.UU. Los estrategas de JPMorgan Chase & Co. también reafirmaron su optimismo frente el peso, que se encuentra en medio de una “transformación estructural” sustentada por factores que lo harán más estable y “una de las monedas de los mercados emergentes más atractivas para poseer en el mediano plazo”.
La fuerte liquidación de esta semana ha eliminado parte del riesgo de posicionamiento que hacía al peso vulnerable a movimientos bruscos ante noticias inesperadas, dijo Christine Reed, gestora de cartera de Ninety One. Sin embargo, dice, “no fue suficiente para compensar los mayores riesgos de que Morena tenga la supermayoría”.
El jueves a última hora, Sheinbaum dijo que habría diálogo sobre las reformas propuestas. Pero un mandato tan fuerte le da al partido margen para adoptar planes más radicales que han sido respaldados por legisladores de Morena en el pasado, como limitar las comisiones bancarias.
“Esto abre muchas preguntas que no se habían hecho en mucho tiempo” sobre hacia dónde quiere llevar a México el Morena de AMLO, dijo Eric Fine, gestor de cartera de Van Eck Associates en Nueva York, que ha estado infraponderado en México. “¿Qué representan realmente, qué están haciendo y qué harían sin restricciones?”
