Nueve reclusos murieron durante un motín en una cárcel de Lima en medio de temores de los reclusos a contagiarse, ya que las prisiones de Perú se están convirtiendo en un caldo de cultivo para el coronavirus.
Los disturbios comenzaron el lunes en la cárcel Miguel Castro Castro, en el este de la capital peruana, donde presos quemaron colchones y protestaron violentamente. Algunos prisioneros subieron a los techos y arrojaron piedras y objetos contundentes a las fuerzas de seguridad que intentaban ingresar a la cárcel, informó el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) en un comunicado publicado en su sitio web.
Los funcionarios penitenciarios controlaron la protesta y, con la ayuda de unos 200 miembros de la Policía y el Ejército, impidieron que los reclusos escaparan, señaló el INPE.
La pandemia de coronavirus ha cobrado la vida de trece reclusos y tres funcionarios penitenciarios y ha contagiado a 500 prisioneros en las cárceles de Perú, indicó la semana pasada el ministro de Justicia, Fernando Castañeda. En los últimos días, se han producido disturbios en otras tres cárceles peruanas, mientras que, en Colombia, motines coordinados dejaron a 25 reclusos muertos el mes pasado.
La prisión Castro Castro alberga a 5.300 reclusos, pero fue diseñada para recibir a 1.100, según José Luis Pérez, exministro del Interior. Pérez dijo a la radio limeña RPP que, sin duda, la posibilidad de contagio es inminente. Los retrasos en el retiro de los cadáveres de los reclusos que han fallecido por el virus han aumentado aún más el riesgo de contagio, dijo.
El INPE señaló que está distribuyendo equipos de protección y pruebas para evitar que el virus se propague dentro de las cárceles.
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