Un par de oncólogos estadounidenses formados en Harvard y respaldados por el multimillonario de Hong Kong Li Ka-shing intentan dominar la tecnología para actualizar el tratamiento del cáncer. Están dando los primeros pasos en China, un centro de intensa actividad en materia de cáncer.
China tiene la mayor cantidad de pacientes oncológicos del mundo. Sin embargo, el tratamiento es tan escaso que los pacientes a menudo deben recorrer largas distancias para llegar a los principales hospitales y alojarse en viviendas precarias durante meses para realizar breves visitas a los médicos.
Ese problema ha comenzado a llamar la atención de inversores conocidos, y Li, uno de los hombres más ricos de Asia, se convirtió en 2015 en el primer financista de la startup de los médicos, llamada Driver. Otros inversores se sumaron y ahora, respaldada con US$100 millones, la firma está desarrollando tecnología para dar a los pacientes de cáncer más control sobre su tratamiento. Esta semana comenzará a inscribir a pacientes de China y los Estados Unidos, después de una prueba de 17 meses que abarcó a varios centenares de personas.
Se espera usar la tecnología para abordar un problema perenne que es central en la oncología mundial. Las drogas oncológicas y los tratamientos experimentales han sufrido una explosión y anualmente se gastan en todo el mundo US$133.000 millones en esos medicamentos, según la firma de investigación Iqvia Institute. No obstante, los pacientes a menudo no pueden acceder a todas las opciones disponibles, a menos que atraviesen el filtro de un oncólogo saturado de trabajo. Los investigadores, por su parte, no siempre pueden estar al tanto de otros estudios, a veces ni siquiera de los de sus propias y enormes instituciones médicas.
¿Qué solución ofrece Driver?
Los laboratorios de la startup en San Francisco y el sur de China analizan los tumores de los pacientes, su ADN y otros datos médicos. Luego una aplicación muestra a los pacientes los mejores tratamientos y ensayos clínicos que hay en el mundo y que coinciden con sus tumores específicos. Driver trabaja en ambos países. Sin embargo, las deficiencias de información en que se centra son particularmente visibles en China: hay sólo 18 oncólogos por cada millón de habitantes en China, frente a 161 en los EE.UU., según un trabajo publicado en The Journal of Global Oncology.
“Hay una desconexión entre el conocimiento y los pacientes que existe en el tratamiento del cáncer desde la década de 1850”, dijo el cofundador de Driver, Will Polkinghorn. “Queremos cerrar esa brecha”.
El primer socio importante de Driver también apareció en China: el Centro Nacional del Cáncer de Pekín, el principal organismo de investigación del cáncer por el cual pasan anualmente 840.000 pacientes. La semana entrante, el CNC planea anunciar oficialmente el uso de la plataforma de Driver para gestionar los más de 200 ensayos clínicos que tiene en marcha en todo momento.
“Antes de Driver, gestionábamos esto manualmente”, dijo el director de la oficina de ensayos clínicos del CNC, Li Ning. “Esto nos ha dado capacidad sistemática para que los investigadores y los médicos recluten pacientes y hagan un seguimiento de las pruebas en marcha dentro de la institución”.