El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunirá el miércoles con su contraparte venezolana, Nicolás Maduro, en Moscú, pero ninguno de los dos planea firmar algún documento, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
"Se discutirán varios aspectos sobre la cooperación bilateral", sostuvo Peskov en una conferencia telefónica. Los líderes mantendrán conversaciones cara a cara, además de asistir a un almuerzo de trabajo que incluirá a otros funcionarios. "Por supuesto, se intercambiarán opiniones sobre asuntos regionales, principalmente asuntos iberoamericanos y la intervención directa de terceros países en ellos".
Rusia ha sido un importante aliado para Maduro, en momentos en que Estados Unidos ha aumentado la presión sobre el líder venezolano, pero en los últimos años, Moscú se ha mostrado reacio a otorgar un nuevo respaldo económico al acongojado gobierno, que todavía no termina de pagar miles de millones en préstamos anteriores, en parte con suministros petroleros. Maduro visitó Rusia por última vez en diciembre de 2018, pocos días antes de que dos bombarderos estratégicos rusos viajaran a Venezuela, lo que provocó la molestia de EE.UU.
Rusia también ha sido un importante proveedor de armas. En junio, el Kremlin negó un tuit del presidente estadounidense, Donald Trump, en que afirmaba que Putin le había dicho que Moscú retiraría a la mayoría de sus asesores militares de Venezuela.
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También es el principal patrocinador de Venezuela después de China. Los datos sobre la financiación de estos países a Venezuela son escasos, pero la inversión de China se ha calculado en hasta US$70.000 millones, la mayoría de los cuales se pagan con petróleo. Rusia y sus compañías estatales han inyectado más de US$17.000 millones en los últimos 20 años. El presidente Putin prometió los últimos US$6.000 millones, más 600.000 toneladas de granos, en diciembre. Muchos de los préstamos y la inversión rusos han sido canalizados a través de Rosneft, el gigante estatal del petróleo y el gas manejado por el aliado de Putin, Igor Sechin.
De acuerdo con su más reciente informe anual disponible, Rosneft vendió US$2.500 millones en petróleo producido por la estatal petrolera venezolana PDVSA para finales de 2017. Aunque Venezuela no ha pagado rápidamente sus deudas con petróleo, Rusia, en general, no ha tenido problema con eso, ya que espera recibir licencias para la extracción de petróleo y gas potencialmente lucrativas. Tiene grandes participaciones minoritarias en cinco empresas conjuntas con PDVSA. Produjeron 59 millones de barriles de crudo en 2017, más del 8 por ciento de la producción anual venezolana.