Hasta hace poco, Alejandra Chedraui formaba parte de la “crème de la crème” de Ciudad de México. Sus fotos de boda y retratos familiares aparecían regularmente en las páginas de sociedad de los periódicos locales. La semana pasada se convirtió en paria.
El motivo: Fue una de las legisladoras que votó a favor de la controversial reforma del sistema judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual ha motivado temores sobre la democracia mexicana.
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“¿Qué tanto vale lo que vas a ganar contra todo lo que vas a perder y lo que estás ayudando a quitarnos?”, escribió en Instagram Fernanda Suárez, dueña de un negocio de fiestas infantiles en Ciudad de México, etiquetando a Chedraui, a quien conoce socialmente.
La reforma judicial de AMLO abrió una grieta en las élites
La reforma judicial está causando fisuras en la élite mexicana, con acaloradas discusiones y comentarios en chats grupales y las redes sociales de la clase alta. Si bien se podría culpar de esto al apoyo que López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum, tienen entre las clases de menos ingresos, fue gente de sus propias filas que al final la aprobaron.
El proyecto de ley, que López Obrador promulgó el domingo tras un encarnizado paso por el Congreso y las legislaturas estatales la semana pasada, sustituirá a la mayoría de los jueces federales por funcionarios elegidos democráticamente. Dado que López Obrador y su partido Morena dominan la política, existe la preocupación de que el país perderá contrapesos y se volverá un gobierno unipartidista.
Empresas y gobiernos extranjeros han dicho que la reforma alejará la inversión ya que jueces no fallarían sobre sus intereses de forma justa. El peso se ha desplomado frente al dólar con cada paso que la reforma daba hacia su aprobación. Para las familias adineradas que han educado a generaciones de niños para hablar inglés, la reforma es un potencial golpe a sus fortunas y un revés para la adopción en México del capitalismo global.
“Gracias por ser parte de la traición de su propio país”, se leía en una publicación de Instagram de María Eugenia Rivero, propietaria de la joyería fina Berthe Jewels en Ciudad de México. “Vendidos, egoístas y ambiciosos”.
Uno de los blancos de su ira fue Juan Carlos Valladares, diputado de San Luis Potosí y esposo de la ganadora de Miss Universo, Ximena Navarrete, quien, al igual que Chedraui, se cambió de partido a Morena para ayudar a sacar adelante la reforma. Valladares no respondió a una solicitud de comentarios.
“Nos hundiste”
Hubo algunos que defendieron a los legisladores en sus grupos en WhatsApp de sus colegios o de sus clubes de campo. Argumentaron que los funcionarios debidamente electos no deberían ser condenados al repudio por servir a sus electores.
Y algunos reconocieron que lo que une a la alta sociedad mexicana es más fuerte que un simple desacuerdo político. Como dijo una persona en un chat de un club de campo: Al final todos acaban en los mismos yates y aviones privados, y todo se olvidará.
Pero otros afirmaron que deben llamar la atención a las personas de la legislatura que conocen, para asegurarse de que entienden que sus acciones tienen consecuencias.
Miguel Ángel Yunes Márquez, del opositor Partido Acción Nacional, ha sido el foco de la mayor cantidad de críticas por emitir el voto decisivo sobre el proyecto de ley apenas unos días después de que se había comprometido a no hacerlo.
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“Te vendiste, nos hundiste, defraudaste a quienes votaron por ti”, escribió Suárez a Yunes en otro post. Yunes y su padre, una conocida figura política del estado de Veracruz, fueron expulsados del PAN poco después de la votación. Tampoco respondió a una solicitud de comentarios de Bloomberg.
A diferencia de Yunes, esta es la primera incursión en la política para Chedraui. La diputada vive en Ciudad de México, es licenciada en marketing y administra una florería. Fue designada diputada por el norteño estado de Baja California por el Partido Verde Ecologista. El partido, aliado clave de Morena en el Congreso, hizo que ella y otros 14 legisladores se pasaran oficialmente a Morena en agosto para cimentar aún más el poder del partido gobernante.
Su partido siempre había abrazado la reforma judicial, por lo que el voto de Chedraui no fue una sorpresa. Eso no impidió que antiguos amigos y conocidos la fustigaran públicamente. En un grupo de Facebook, la arquitecta Cecilia Chandler taggeó a la florería de Chedraui con la palabra “cancelada” a su lado. “Obvio no vive de eso,” dijo. “No nos hagamos parte de la destrucción de lo que queda de este país.”
Chedraui no respondió a la petición de comentarios.
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Cambio profundo
Saltar de un partido político a otro tiene un nombre en México: chapulines. Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca, es uno de ellos, un miembro de Morena que antes formaba parte del poderoso Partido Revolucionario Institucional. También recibió duras críticas en internet tras la aprobación de la reforma.
“No me afecta en lo absoluto, yo soy consciente con mis principios y valores,”, dijo Murat en una entrevista con Bloomberg News cuando se le preguntó por la reacción en su contra. “El PRI en el que yo crecí dejó de existir y hoy es claro que Morena y la transformación representa mejor mis convicciones y es consistente con mis valores y principios”.
La reforma fue la voluntad de millones de votantes que eligieron a la mayoría en el Congreso, y el sistema judicial necesita un “cambio profundo” que los habitantes del país han demandado, dijo.
“La parte más relevante de la reforma es que la justicia en México deje de ser una justicia de privilegios y se vuelva una justicia de derechos”, dijo.
Traducido por Eduardo Thomson.