El fuerte desplome que el martes eliminó la cifra récord de US$279.000 millones del valor de mercado de Nvidia Corp. ha hecho que los operadores busquen en los gráficos pistas sobre dónde podrían terminar la pérdidas.
Para Jay Woods, estratega jefe global de Freedom Capital Markets, US$100 por acción es un nivel clave a vigilar, en torno al precio del cierre más bajo del mes pasado. Las acciones de Nvidia subieron un 1% el miércoles y cotizaban a US$109,01, tras caer hasta un 3,6% en la sesión anterior.
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“No quiero ver que la acción registre un nuevo mínimo de cierre a partir del mínimo de agosto. Eso sugeriría realmente que las cosas han cambiado, al menos en términos técnicos”, dijo Woods. “Creo que estará en torno a los US$100 y luego se cotizará lateralmente durante un tiempo”.
La última oleada de ventas —las acciones han caído un 14% en las tres últimas sesiones bursátiles— fue provocada por los resultados del fabricante de chips, que no cumplieron las elevadas expectativas. El nerviosismo de los inversionistas se vio agravado por dos informes de investigación publicados el martes en los que se alertaba sobre el gasto de las empresas en inteligencia artificial. Más malas noticias llegaron tras el cierre del mercado, cuando Bloomberg informó de que Nvidia había recibido citaciones en el marco de una investigación antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El problema para las acciones de Nvidia es que no hay mucho en el calendario que pueda proporcionar un catalizador positivo, según Michael Kirkbride, gestor de cartera de Evercore Wealth Management.
El desplome de Nvidia, que arrastró a la baja a los fabricantes mundiales de chips y a los activos de riesgo, se produce después de unos meses tumultuosos para la favorita del mercado de la IA. La caída del martes fue la séptima vez en dos meses que las acciones pierden un 6% o más. Una medida de la volatilidad a 30 días de las acciones de Nvidia también ha alcanzado el nivel más alto desde mediados de 2022, según datos recopilados por Bloomberg.
Los inversionistas también mirarán lo que pasó el mes pasado para hacerse una idea de dónde pueden tocar fondo las acciones de Nvidia. En agosto, Nvidia se desplomó en una corrección que acabó provocando una caída del 27% desde su máximo de junio, antes de recuperarse hasta situarse a un 5% de su récord. Las razones de esa caída —el nerviosismo macroeconómico combinado con las renovadas preocupaciones sobre la capacidad de permanencia del gran gasto en IA— se repiten ahora.
La preocupación por la rentabilidad relativamente pequeña de las decenas de miles de millones de dólares que están gastando los principales clientes de Nvidia fue el tema central de los informes de investigación publicados el martes por JPMorgan Asset Management y BlackRock Investment Institute.
Michael Cembalest, presidente de estrategia de mercado e inversión de JPMorgan Asset Management, escribió que en los próximos 12 a 18 meses se necesita una demanda más amplia de clientes corporativos —no solo de clientes como OpenAI que entrenan nuevos modelos de IA— para justificar el enorme gasto en la tecnología.
Por su parte, Jean Boivin, que dirige el BlackRock Investment Institute, afirmó que los inversionistas necesitan paciencia, ya que la construcción de centros de datos y el aumento de la capacidad de procesamiento suelen tardar “años, no trimestres” en completarse.
Aun así, Boivin dijo que inversionistas deberían mantener una sobreponderación en acciones de IA, ya que la reciente liquidación del sector tecnológico “implica que hay margen para reconstruir las tenencias”.
Woods, de Freedom Capital, y Kirkbride, de Evercore WM, también se muestran favorables a Nvidia a largo plazo.
Woods no ve motivos para que cunda el pánico por la caída de esta semana, mientras que Kirkbride afirma que no hay nada fundamentalmente malo en la empresa o en su informe de resultados.
“Seguimos siendo accionistas a largo plazo y no hemos escuchado nada que cambie la narrativa, ni sobre Nvidia ni sobre sus clientes y sus planes de gasto”, dijo Kirkbride.
“Seríamos compradores aquí”.
Traducido por Paulina Steffens.
