Las ambiciones de Huawei Technologies Co. de crear chips más potentes para la inteligencia artificial y los smartphones enfrentan importantes obstáculos debido a las sanciones de EE.UU., lo que ha paralizado los esfuerzos de China por avanzar en esta importante industria.
Huawei está diseñando sus dos próximos procesadores Ascend, su respuesta a los productos dominantes de Nvidia Corp., en torno a la misma arquitectura de 7 nanómetros que ha sido la corriente principal durante años, dijeron personas familiarizadas con el asunto. Esto se debe a que las restricciones impuestas por EE.UU. impiden que socios fabricantes de chips de Huawei puedan adquirir sistemas de litografía ultravioleta extrema de última generación de la empresa holandesa ASML Holding NV.
Eso significa que sus chips se quedarán atascados en tecnología anticuada hasta al menos 2026, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas hablando de un proyecto sensible. Los procesadores en los teléfonos inteligentes de Huawei, para la línea Mate, enfrentan limitaciones similares, dijo una de las personas.
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El estancamiento de Huawei tiene implicancias no solo para su negocio, sino también para las ambiciones de China en materia de IA. Estas dificultades sugieren que el país quedará aún más rezagado respecto a EE.UU. en 2025, cuando Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., fabricante de chips para Apple Inc. y Nvidia, empiece a producir chips de 2nm unas tres generaciones antes.
Peor aún, el principal socio de producción de Huawei, Semiconductor Manufacturing International Corp., enfrenta problemas para producir incluso chips de 7nm en volúmenes constantes. Las líneas de producción de 7nm de la firma con sede en Shanghái han estado plagadas de problemas de bajo rendimiento y fiabilidad, según otra persona. Hay pocas garantías de que Huawei pueda conseguir suficientes procesadores para smartphones y chips de IA en los próximos años, añadió la persona.
Los representantes de Huawei y SMIC no respondieron a mensajes y llamadas en busca de comentarios.
Los problemas de Huawei reflejan cómo las sanciones de EE.UU. han logrado un éxito inicial al congelar los avances tecnológicos chinos.
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En los últimos años, Huawei ha asumido un papel fundamental en los esfuerzos de China por lograr la autosuficiencia en áreas como semiconductores en IA. Pero los tropiezos de la empresa con sede en Shenzhen, a pesar de la fuerte inversión en I+D y el respaldo de la nación, ponen de manifiesto la enorme dificultad a la que se enfrenta Pekín para intentar construir una cadena de suministro de categoría mundial y alcanzar a EE.UU. en tecnologías emergentes.
Uno de los mayores cuellos de botella es la inferior calidad de los equipos chinos. Pekín quiere que los fabricantes de chips locales desplieguen más máquinas de proveedores nacionales, para fortalecer el ecosistema doméstico. Pero la moratoria sobre los EUV, un requisito indispensable para la fabricación moderna de chips, está obstaculizando esa campaña.
La administración Biden ha restringido a China la compra de los equipos más sofisticados de proveedores estadounidenses como Applied Materials Inc. y Lam Research Corp. y de los chips de IA más potentes de Nvidia, una mercancía codiciada por las grandes empresas tecnológicas y los gobiernos.
Traducción editada por Eduardo Thomson.