Un glaciar antártico que contiene suficiente agua para llegar a elevar el nivel del mar en 5 pies (1,5 metros) se ha estado derritiendo drásticamente en las últimas dos décadas, según una investigación encabezada por la NASA publicada hoy en la revista Geophysical Research Letters. El hallazgo atrae una renovada atención a la costa oriental del continente más frío. Los científicos pensaban que el derretimiento del glaciar en esa región era más lento que en la península occidental, que se está desintegrando.
“Estas observaciones desafían la percepción de que existe una estabilidad de los glaciares de la Antártida Oriental”, escribieron los autores.
El glaciar Denman retrocedió casi tres millas (cerca de 5 kilómetros) durante el período del estudio, de 1996 a 2018. Lo que hace que el glaciar sea particularmente preocupante, dicen los científicos, es su gran tamaño y la inusual forma del terreno bajo él, que está dividido en dos flancos. Donde Denman se encuentra con el mar, una cadena montañosa grande y rocosa protege su costado este de una masa de agua cada vez más cálida. Su flanco occidental es presa fácil para las corrientes de mayor temperatura que bañan y derriten el glaciar. El terreno bajo muchos glaciares desciende desde el interior del continente hasta el mar. Con el flanco occidental de Denman ocurre todo lo contrario. Su terreno se sumerge hasta dos millas (unos 3,2 kilómetros) por debajo del nivel del mar, lo que lo convierte en el cañón en tierra firme más profundo del planeta y mucho más susceptible a la pérdida de hielo. La inusual pendiente se extiende casi 30 millas (cerca de 50 kilómetros) en el continente.
El nuevo documento se basa en un descubrimiento transformador de diciembre que “redefine los sectores de mayor y menor riesgo para el rápido aumento del nivel del mar desde la Antártida”. Se espera que tanto el documento publicado hoy como el trabajo de diciembre influyan en las proyecciones del aumento del nivel del mar para los próximos siglos. Los escenarios actuales de emisiones más altas proyectan que los mares globales se elevarán en unos aterradores 8 pies (casi 13 kilómetros) para el año 2100.
Los investigadores planean continuar monitoreando de cerca el glaciar utilizando los satélites italianos de Cosmo-SkyMed.