La actividad económica de Brasil registró la primera caída mensual desde marzo
La economía brasilera quebró una racha de aumentos mientras se espera que el banco central evalúe el inicio de un ciclo de alzas de tasas de interés.
Lula Da Silva, presidente de Brasil |
AFP
Maria Eloisa Capurro
La actividad económica de Brasil registró una caída menor de la prevista en julio, rompiendo una racha de aumentos mientras se espera que el banco central evalúe el inicio de un ciclo de alzas de tasas de interés.
El índice de actividad económica del banco central —una aproximación del producto interno bruto— cayó un 0,4% con respecto a junio, menos que la mediana de un descenso del 0,7% según las estimaciones de los analistas encuestados por Bloomberg. Frente al mismo mes del año anterior, el índice aumentó un 5,3%, según un informe publicado el viernes.
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Las autoridades monetarias de Brasil, encabezadas por Roberto Campos Neto, seguirán sufriendo presiones para elevar los costos de endeudamiento en su reunión del 18 de septiembre, incluso después de la caída de la actividad de julio. En junio interrumpieron un ciclo de flexibilización de casi un año de duración ante el repunte de los precios de los servicios y estimaciones de inflación por encima de la meta hasta 2027.
Los miembros del consejo del banco central han afirmado que harán “lo que sea necesario” para controlar el aumento de los precios y abordarán la reunión de la próxima semana con “todas las opciones” sobre la mesa, incluido un incremento de tasas.
El crecimiento de la mayor economía de América Latina también superó las proyecciones en el primer semestre del año, lo que indica una resistencia a los elevados costos de endeudamiento. El consumo de los hogares se vio impulsado por un mercado laboral firme y el aumento del gasto público.
Los analistas prevén que el banco central suba las tasas en un cuarto de punto la próxima semana, lo que daría inicio a un ciclo de alzas que se espera que eleve el índice de referencia Selic al 11,25% en diciembre, desde el nivel actual del 10,5%.
La peor sequía de los últimos 40 años también está provocando temores inflacionarios, ya que los incendios forestales ponen en peligro las cosechas y el suministro de energía. Sin embargo, es improbable que un aumento de los costos en estas áreas se pueda controlar mediante una política monetaria más restrictiva, según declaró esta semana el ministro de Hacienda, Fernando Haddad.
