el nuevo protocolo es desde el 1º de septiembre

Reducen a 90 cm la distancia entre alumnos en las aulas de todo el país

Aprobado por el Consejo Federal de Educación excepto CABA y Mendoza, piden el uso de doble o triple barbijo y medidores de CO2 si no hay espacio.

Aforo. Nicolás Trotta explicó cómo se incluirá a más chicos en aulas y espacios comunes. Foto: Télam

A pesar de la “inminente circulación comunitaria de la variante Delta”, a decir de los anuncios de los responsables de Salud nacional, Carla Vizzotti; y de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, a partir del próximo miércoles, cuando comience el mes de septiembre, se intensificará la presencialidad escolar en todo el país, con una reducción del distanciamiento en las aulas de 1,5 metros a 90 centímetros entre estudiantes.

Y cuando esto no sea posible, esa falta de distancia se compensará con uso del barbijo doble o triple y medidores de dióxido de carbono dentro de las aulas, según lo establecido casi por unanimidad –lo aprobaron 22 de las 24 jurisdicciones, salvo Ciudad de Buenos Aires y Mendoza– en la reunión del Consejo Federal de Educación (CFE)

La propuesta contempla tres escenarios posibles y refiere a una serie de “condiciones mínimas”, sobre las cuales cada jurisdicción podrá sumar otras medidas adicionales.

Por un lado, la “condición óptima” consiste en aquellas escuelas que puedan garantizar una presencialidad completa manteniendo una distanciamiento físico de 1,5 metro entre estudiantes sin dejar de ventilar, asegurando el uso de mascarillas y la higiene de manos.

El protocolo aprobado por el CFE aclara que cuando ello no se pueda garantizar, se plantea una “condición admisible” que es la reducción de esa distancia a 90 centímetros, aunque la separación entre les estudiantes con el o la docente deberá seguir siendo de dos metros. 

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En este caso, aumenta el requisito de ventilación, no solamente manteniendo abiertas ventanas y puertas, sino con más tiempo de ventilación entre clases. 

Según dijo el jueves el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, “Cada una de las jurisdicciones va a poder determinar la progresividad” de las medidas aprobadas por el CFE, señaló Trotta, y explicó que la decisión tomada por mayoría del Consejo deberá “ser aplicada como ley” en las 24 jurisdicciones, pese a que Mendoza y CABA no acompañaron la decisión.

“Estuvimos todos de acuerdo en la necesidad de intensificar la presencialidad a partir de la mejora de los indicadores sanitarios y epidemiológicos que veníamos transitando en las últimas trece semanas. Eso nos posibilita dar este paso con el aval de los especialistas de la Sociedad Argentina de Pediatría, de la Organización Panamericana de la Salud, de la Organización Mundial de la Salud y otras referencias sanitarias”, agregó el funcionario. Aunque aún no se cumple en todas las provincias, “la idea es que, a partir del miércoles 1º de septiembre, todos los alumnos y alumnas –del nivel primario y secundario– vayan a la escuela todos los días, todas las semanas”, dijo. 

Testeos. Con respecto a las pruebas de detección de covid-19, el tipo de muestreo será determinado por cada jurisdicción, y deberá realizarse con una frecuencia semanal. En el caso de detectar los antígenos “se procederá a suspender las clases presenciales en la burbuja (sala, grado o año) que los haya presentado, procediendo al aislamiento preventivo de estudiantes y docentes que hayan estado en contacto estrecho” con quienes presenten resultados positivos, detalló el protocolo aprobado.

 

Mejor salud emocional de chicos en primaria

 En 2021, la adopción mayoritaria del formato bimodal –combinación de clases presenciales y virtuales– generó cambios significativos en la dinámica escolar y familiar en los barrios populares de la Argentina, en comparación con 2020. Entre esos cambios se destaca una mayor percepción de aprendizaje por parte de los padres y madres, así como una mejora en la organización escolar y en la salud emocional de los estudiantes. Las principales razones que explican esta mejora son el reencuentro con los compañeros y la vuelta a la rutina. Entre las principales consecuencias emocionales de la virtualidad, las familias señalaron mayor irritabilidad, sensibilidad y frustración.

Las conclusiones surgen de un informe de Mariano Narodowski (profesor de la Universidad Torcuato di Tella y académico asociado a Argentinos por la Educación), Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman del que participaron familias de zonas vulnerables con hijos/as en primaria. Más allá de la “mejora significativa” en el estado de ánimo de los niños y niñas”, de acuerdo con lo observado, madres y padres reconocen la falta de tiempo y la falta de preparación para poder acompañar a sus hijos en las tareas escolares. A su vez, algunos muestran “preocupación por la baja calidad educativa” y por el impacto que ésta pueda tener en el futuro de sus hijos.