Sellos negros en los alimentos, el debate sin fin
La reciente modificación a la Ley de Etiquetado Nutricional, impulsada por ANMAT despierta críticas de especialistas. Desde Fagran y FIC Argentina advierten sobre retrocesos que podrían confundir al consumidor.
En una nueva vuelta de tuerca sobre el debatido tema del etiquetado de alimentos no saludables, esta semana el gobierno cambió la reglamentación de la Ley de Alimentación Saludable aprobada en el 2021. Muchos expertos en nutrición que impulsaron la redacción vigente hasta ayer, aseguran que las nuevas reglas que estableció la Anmat configuran un retroceso para la salud de los consumidores.
“Esta nueva adecuación de la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable (PAS) -más conocida popularmente como “Ley de Etiquetado”-, podría tener implicancias erróneas en la percepción del consumidor respecto a la calidad nutricional global de los productos ultraprocesados, ya que no se realiza un análisis integral del mismo”, resumieron las autoridades de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran) en un comunicado al que accedió PERFIL.
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Por su parte, desde la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Argentina) -una ONG que trabaja activamente esta temática-, agregaron que algunas de las nuevas modificaciones “permiten que los productos muestren información contradictoria y así se confunda al consumidor aumentando la percepción de “saludables” de muchos productos ultraprocesados”, comentó Victoria Tiscornia, magister en temas de nutrición.
Tiscornia, que es investigadora de FIC Argentina, detalló: “esto puede pasar porque Anmat hizo un cambio respecto a las declaraciones nutricionales complementarias ("claims"), que sólo se podrán hacer en relación con los nutrientes críticos en exceso. En la redacción anterior, la prohibición se extendía a todo el producto, justamente para evitar la confusión respecto de los aportes nutricionales”.
Un mismo producto podría reclamar ser “light” pero llevar el sello de “Exceso en azúcar"
¿Qué significa esto en la práctica? “Que un mismo producto podría reclamar ser “light”, pero llevar impreso el sello de “Exceso en azúcar” o “Ser fuente de vitaminas y minerales y tener el octógono de “Exceso en sodio”, explicó la nutricionista.
Para la licenciada Ana Cáceres, presidenta de FAGRAN, otra modificación negativa es la que acota el rango etario para la protección de chicos y adolescentes, respecto a la exposición a la publicidad de productos no saludables a los 16 años, cuando previamente era hasta los 18 años.
Por otro lado, se introducen diversas “excepciones” que podrían permitir el uso de diversos elementos en el marketing, como dibujos animados, mascotas de las empresas y otros elementos infantiles. “Esto representa un claro debilitamiento de la política que apuntaba a protegerlos de las estrategias que incentivan el consumo de productos que dañan su salud”.
Vuelve el debate
Vale la pena recordar que esta ley y su reglamentación no estuvo exenta de fuertes controversias, con posiciones divergentes entre los propios especialistas. No respecto a la necesidad de reglamentar algún sistema sobre cuáles son los productos más saludables y cuáles los menos. Pero el detalle de cómo se clasifican y se da esa información al consumidor tiene muchas opciones. La elegida por Argentina hasta esta semana es diferente de la que se usa en otros países y muchos expertos criticaron la elección anterior por contradictoria.
Por ejemplo, según le dijo a PERFIL la licenciada Silvina Tasat, integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y una de las autoras del documento de posición oficial de la asociación, lo que se reglamentó tenía varias deficiencias.
Para la SAN el sistema anterior provocaba que alimentos que muchas veces serían considerados “saludables” recibieran un octógono de “Advertencia”. Y explicaba: “Hay casos de situaciones ilógicas: una mermelada light en azúcares deberá llevar el mismo sello negativo que un producto similar tradicional. Algo parecido ocurrirá con algunos yogures o con una lata de puré de tomate, que deberá cargar la advertencia por exceso de sodio, pese a que este aporte no es significativo”, ejemplificó Tasat.
Según la experta, el sistema consagrado maximizaba el desaliento a consumir alimentos envasados, "incluso el de algunos con buen perfil nutricional y hasta recomendados por las Guías Alimentarias".
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Según la experta de la SAN, las advertencias negras se concentran en los alimentos industriales y con packaging. “Pero estos conforman apenas el 35% de la dieta global usual que consumimos los argentinos. Quedan fuera de estas alertas y advertencias desde las facturas de las panaderías a las comidas rápidas más comunes, como la pizza y las empanadas, los sándwiches, el delivery, la venta callejera, etc., etc.”.
En otras palabras, la ley de etiquetado no alcanza prácticamente al 65% de la dieta usual que es, en definitiva, la gran responsable de los altos índices de obesidad y sobrepeso que caracterizan a la Argentina.