“Son sádicos y los tienen que condenar”

El desesperado pedido del papá del soldado Chirino, a horas de los alegatos por el crimen 

Matías Ezequiel Chirino tenía 22 años. Falleció en junio de 2022 en medio de un perverso bautismo de iniciación militar del Grupo de Artillería de Monte 3 de Paso de los Libres, en la provincia de Corrientes. Nueve ex militares están siendo juzgados por el crimen.

El papá del soldado (de saco azul), junto al abogado Orosz y su mujer Mónica Zapatero. Foto: Cedoc Perfil

El soldado Matías Ezequiel Chirino tenía 22 años. Era cordobés y el mayor de dos hermanos. En 2022 egresó del Colegio Militar de Buenos Aires. Su primer y único destino fue el Grupo de Artillería de Monte 3 de Paso de los Libres, en la provincia de Corrientes. Allí llegó con todos sus sueños el 18 junio de ese año y un día después murió en medio de un perverso ritual de iniciación. La operación de autopsia reveló que sufrió una broncoaspiración.

“Estaba enamorado de la carrera”, recuerda a PERFIL su papá Ezequiel, que sigue junto a su mujer, Mónica Roxana Zapatero, cada una de las audiencias del juicio por el crimen de su hijo, que comenzó el martes 8 de octubre pasado y que esta semana ingresará en su etapa final cuando se den a conocer los alegatos. 

Por el caso están siendo juzgados en los tribunales federales de Paso de los Libres nueve ex militares: Rubén Ruiz, Claudio Luna, Hugo Martínez Tárraga Reclus, Exequiel Aguilar, Darío Martínez, Luis Acosta y Gerardo Bautista,  acusados como coautores de de “homicidio simple con dolo eventual” y “abuso de autoridad”; y Franco Grupico  y Claudia Cayata, como partícipes secundarios.

Los dos sobrevivientes declararon en las últimas audiencias. Sus testimonios fueron estremecedores. Recordaron cómo fueron las últimas horas del soldado Chirino en el Grupo de Artillería y todos los padecimientos que sufrieron desde que los jefes iniciaron el ritual de iniciación, que más que un ritual fue una tortura. 

Rufino Ezequiel Meza fue el primero en hablar. Recordó que un superior les pidió que crearan un grupo de WhatsApp para comprar bebidas, cigarrillos y carne para un asado que ellos debían hacer como parte del ritual de iniciación. Ninguno de ellos se negó por temor a sufrir una represalia.

Foto: RR SS Matías Chirino

Los tres soldados más nuevos del grupo fueron obligados a consumir alcohol en exceso con el estómago vacío, a realizar ejercicios extenuantes y a sumergirse en una pileta con agua sucia y con bajas temperaturas. Esa noche hicieron de mozos pero ellos tuvieron un menú especial: fideos que tuvieron que comer con la mano porque no les dieron cubiertos. 

Meza perdió el conocimiento y cuando despertó una enfermera le estaba haciendo tareas de reanimación a Chirino. Lo último que recuerda es que estaba vomitando. 

Por su parte, Jorge Manuel Chaile, otro de los sobrevivientes, contó esta semana ante el tribunal que el ritual “fue inhumano”.  “Pidieron vino Ruttini, Jack Daniels, Fernet Branca. Ensalada Cesar”, recordó sobre el pedido de los superiores para la noche de iniciación. 

“En el quincho había que presentarse con cada uno de ellos -por los jefes, que estaban todos vestidos de civil- y posterior a eso empezó el tema de las bebidas que nos hacían tomar distinta clases de bebidas”, destacó.  

Chaile indicó que “cuando empezó el asado no se nos permitió comer del asado que habíamos preparado”. “Se nos sirvieron fideos blancos sin ningún tipo de utensilios. Cuando preguntamos de dónde los sacábamos nos dijeron que comiéramos con la mano”, señaló, según reprodujo el diario El Litoral.

Luego resaltó que constantemente les ordenaban que tomaran las bebidas. “Acosta -uno de los nueve acusados- me dio vino con sal y le dije era hipertenso para no tomar esa bebida porque se notaba el contenido de sal y me dice ‘tome hipertenso de mierda’”. 

“Nos hicieron cambiar de ropa y arrojarnos a la pileta que está al costado del casino de oficiales. La pileta no estaba en las mejores condiciones y hacía frío, era pleno junio, pleno invierno. Nos hicieron presentarnos, decir listos, y arrojarnos a la pileta. Permanecer no más de un minuto y salir”. Sobre ese pedido el soldado recordó que sintió “temor porque no sabía qué profundidad tenía la pileta y no sabía nadar”. 

Chaile contó que los hicieron cantar mientras bebían: “Nos hicieron cantar la canción del ejército, la historia de la unidad y si nos equivocábamos debíamos pagar con flexiones de brazo o vueltas al quincho. En una de esas vueltas al quincho debí parar para vomitar porque mi cuerpo no daba mas de tantas bebidas, No recuerdo cómo llegué a la habitación”.

Lo mismo le había pasado a Meza, que tuvo que escapar para vomitar.  Para el soldado “fue un trato inhumano”. “Nadie merece comer fideos con la mano, nadie merece pagar un asado que no nos van a dejar comer, nadie merece que nos hagan tomar esa cantidad de alcohol contra nuestra voluntad, nadie merece resignar dos días con la familia”, le dijo a los jueces y confesó: “No hay día que no me arrepienta de no haber hecho algo por Matías”. 

Esta semana también fueron indagados los acusados. Ocho dieron su versión. Se victimizaron y declararon inocentes. “Todos dijeron lo mismo. Hablaron de su vida privada, pero nadie aclaró ni dijo lo que pasó esa noche, en el bautismo disfrazado de homicidio en el cual quedó claramente que es verdad todo lo que relataron Meza y Chaile”, aseguró a este diario el papá del soldado asesinado. 

“Los peritos -agregó Chirino- determinaron que los militares borraron de sus celulares todas las fotos que habían sacado esa noche. Está en evidencia que realmente pasó lo que cuentan Chaile y Meza, que lo dijeron con mucha firmeza y seguridad hasta la hora que perdieron la conciencia por la gran ingesta de alcohol que le obligaron a tomar”.

Sobre los acusados, el papá de la víctima los calificó como “sádicos y resentidos”. “Estos grupos de sádicas personas, que tienen que ser condenados, se creen dueños de todo. Son resentidos que se creen poderosos con los ingresantes y hacen este tipo de prácticas que deja mal parado al prestigioso Ejército Nacional Argentino”, señaló.  

Tras las declaraciones de los soldados, médicos y hasta el jefe del establecimiento militar de Paso de los Libres donde se produjo el bautismo, el juicio entró en su etapa final. La semana que viene (lunes 28 y martes 29) será el turno de los alegatos y, probablemente, el veredicto.