Alimentación

Café torrado: los mitos alrededor de una gran tradición argentina

Durante los últimos años, el proceso de elaboración del café torrado fue cuestionado por incorporar azúcar. Este hecho causó malentendidos entre los consumidores del café, es por eso que te contamos cuáles son los mitos que giran en torno a este producto. | Por: Laura Martínez de El Tostadero

Conocé los mitos sobre el café torrado Foto: La Virginia

El café torrado se ha convertido en un compañero esencial para los argentinos, formando parte de su día a día durante generaciones. Ya sea en su versión molida, soluble o en saquitos, su popularidad sigue siendo indiscutible. 

Sin embargo, en los últimos años han surgido varias ideas equivocadas sobre su proceso de elaboración, en especial por la incorporación de azúcar durante el tostado, conocido como torrefacción. Esta técnica ha dado lugar a ciertos malentendidos. 

Cuáles son los mitos sobre el café torrado

Mito 1: "El café torrado se elabora con granos de mala calidad"

Una creencia común es que el café torrado se produce a partir de granos de baja calidad. En Argentina, la producción de café, incluyendo el torrado, está regulada por el Código Alimentario Argentino, que garantiza la pureza de los granos empleados. 

Además, se siguen los parámetros de la Tabla Oficial de Clasificación brasilera, referencia mundial en todo lo que respecta a producción y comercialización de café.

El origen del café torrado en Argentina

La tradición del café torrado en el país se remonta a la llegada de los inmigrantes españoles, quienes trajeron consigo la práctica de agregar azúcar al proceso de tostado para mejorar la conservación del grano, protegiéndolo de la oxidación y la humedad. Esta técnica, llamada torrefacción, no solo fue bien recibida, sino que también se convirtió en un rasgo distintivo del café en Argentina.

Mito 2: "El café torrado está prohibido en muchos países"

Otro mito que circula es que el café torrado está prohibido en varios países, lo cual no es cierto. Si bien su consumo es más frecuente en Argentina, esta técnica también está regulada y permitida en otras regiones como España, México, Portugal, Paraguay, Uruguay, Costa Rica y Alemania, donde el café se comercializa bajo nombres como "café torrefacto" o "café glaseado".

Incluso en regiones con regulaciones alimentarias estrictas, como la Unión Europea, el café torrado está regulado siempre que se respete la cantidad de azúcar permitida en el proceso.

Mito 3: "El café torrado tiene un exceso de azúcar"

El mito más extendido quizás sea que el café torrado contiene demasiada azúcar. Sin embargo, durante el proceso de torrefacción, el azúcar se convierte en caramelo a altas temperaturas, perdiendo su capacidad de endulzar y reduciendo considerablemente su contenido calórico. Al finalizar el tostado, una taza de café torrado contiene menos de 0,1 gramos de azúcar.

Para comparar, un sobre de azúcar típico contiene 6,25 gramos, lo que significa que una taza de café torrado tiene alrededor de 60 veces menos azúcar. Por esta razón, el Código Alimentario Argentino exige que en las tablas nutricionales del café torrado se declare "0 gramos" de azúcar.

Beneficios poco conocidos del café torrado

Aparte de los mitos, es importante resaltar los beneficios del café torrado. Al igual que otras variedades, contiene más de 1000 compuestos, incluidos antioxidantes, vitaminas y minerales, que protegen al cuerpo de los daños causados por los radicales libres, los cuales aceleran el envejecimiento celular.

Estudios también han vinculado el consumo habitual de café con una reducción en la aparición de enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad, gracias a compuestos como la cafeína, el magnesio y el ácido clorogénico presentes en el café.

El café torrado: una tradición que perdura

Pese a los mitos que lo rodean, el café torrado sigue siendo una de las bebidas predilectas en Argentina. No solo cumple con las normativas de calidad, sino que también aporta beneficios para la salud. Con su sabor característico, este café forma parte de la identidad y la cultura argentina, ofreciendo mucho más que una bebida: es una tradición rica en sabor y bienestar.

Por: Laura Martínez de El Tostadero