Opinión

Maradona y la grieta argentina

Hasta la muerte de un ídolo que une en el dolor a una mayoría de argentinos, se convirtió en la nueva excusa nacional para exacerbar nuestras diferencias. Es esta rara enfermedad argentina capaz de convertir cualquier sentimiento antigrieta en una nueva herramienta para profundizarla.

Columna González 30.11.2020 Foto: Columna González 30.11.2020

Con el diario del lunes se puede decir que el plan del Gobierno para velar a Diego Maradona en la Casa Rosada salió mal. Fue un grave error que incluso pudo haber terminado mucho peor de lo que terminó.

La decisión de velar a Maradona en la Casa Rosada puede ser debatible, pero no parece irrazonable por si misma: diría que  reflejaría cierta empatía institucional con una sociedad de luto por la muerte de quien, para muchos, representa tanto o más que Gardel, Evita, Perón, Alfonsín o Kirchner.

El problema para mí no fue ese, sino haber supuesto que ese velatorio se podría desarrollar normalmente en menos de tres días. Porque si la familia de Maradona se oponía a que el velatorio se extendiera más allá de unas horas. Entonces la opción tendría que haber sido otra: por ejemplo, un velatorio privado y otro público y en movimiento, que recorriera las calles de la ciudad y del conurbano hasta el cementerio.

En cualquier caso, la organización de un evento al que concurriría una multitud conmocionada, merecía un delicado trabajo logístico para que no se saliera de control y un máximo esfuerzo para requerir cuidados sanitarios en medio de la pandemia.

No haberlo hecho, preanunciaba lo que pasó después. Y con lo que pasó después no me refiero solamente a los desbandes callejeros. Me refiero a que todo lo que pasó y sigue pasando encaja bien dentro de lo que se puede esperar de un país en estado de grieta.

Doloridos manifestantes transformados de pronto en violentos ocupantes de la Casa Rosada. Fuerzas de seguridad achacándose responsabilidades mutuamente. El ministro del Interior reclamándoles a los funcionarios porteños que frenaran la represión. Los funcionarios porteños acusando a la ministra de Seguridad por impericia y falta de ética. El Gobierno iniciando una causa judicial contra Rodríguez Larreta por los delitos de abuso de autoridad, intimidación pública y abandono de persona. Y la oposición afirmando que la culpa de todo la tuvo Cristina porque impidió el ingreso de la gente cuando ella llegó al velatorio. Entre unos y otros, familiares, abogados y allegados a Maradona que se enfrentaban y se siguen enfrentando entre sí.

 

Como vemos, ¡hasta la muerte de un ídolo que une en el dolor a una mayoría de argentinos, se convirtió en la nueva excusa nacional para exacerbar nuestras diferencias! Es esta rara enfermedad argentina capaz de convertir cualquier sentimiento antigrieta en una nueva herramienta para profundizarla.