Rey Felipe VI se reconcilío con la Infanta Cristina mientras la Reina Letizia está en París

La boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova se llevó a cabo en la finca Soto Mozanaque, envuelta en un secretismo casi absoluto. A pesar de la gran movilización mediática, apenas se pudo vislumbrar detalle alguno del enlace, lo que era de esperar dado el nivel de los asistentes, que incluían a miembros de la familia Borbón y una destacada representación de la aristocracia española.

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Victoria López-Quesada, ahijada del rey Felipe y recordada como la niña que recibió una patada de Froilán en la boda del monarca con Letizia, no solo celebraba su enlace matrimonial, sino que también se convertía en el escenario de un reencuentro significativo para la familia real. La relación de la familia de la novia con los reyes, especialmente con Felipe VI, es profunda y cercana. El padre de la novia, Pedro López Quesada, es un amigo de juventud del rey Felipe y estuvo a cargo de la organización de su despedida de soltero. Su esposa, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, prima del rey Felipe y muy cercana a la infanta Cristina, estuvo a su lado en los momentos más difíciles, como durante el juicio del caso Nóos y la posterior prisión de Iñaki Urdangarin.

Este enlace marcó un momento de reconciliación visible entre Felipe VI y la infanta Cristina. A lo largo de los últimos meses, las tensiones entre ambos hermanos habían ido disminuyendo, con encuentros privados en Marivent y la bienvenida abierta de los hijos de la infanta en Zarzuela. Sin embargo, fue en esta boda donde se permitió a los fotógrafos capturar una imagen histórica que confirma la restauración de la paz familiar. El rey Felipe, conduciendo el coche que lo llevaba junto a su hermana a la ceremonia, envió un mensaje claro: las heridas del pasado, representadas por el caso Nóos, quedaron atrás.

Este reencuentro, sin embargo, plantea preguntas sobre el rol de la reina Letizia en esta dinámica familiar. La decisión de hacer pública esta reconciliación en un momento en que la reina se encontraba en París, apoyando al equipo español en los Juegos Paralímpicos, despertó mieles de interrogantes. ¿Podría interpretarse esta elección de fecha como una indicación de que la monarca se mantiene al margen de esta renovada paz familiar? Aunque la reconciliación entre Felipe y Cristina es evidente, la posición de Letizia en este contexto aún deja espacio para el análisis y la especulación.

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Fue en el 60 cumpleaños de la Infanta Elena cuando pudimos ver a toda la familia, incluidos los eméritos, disfrutando de una comida en el centro de Madrid. Un hecho que marcaba un antes y después en las distancias que los reyes seguían manteniendo -hasta ese momento- con su familia.

jccl